Ayer era domingo, y me desperté temprano, pero no me levanté tarde porque quería aprovechar la estancia en mi cama. Cuando decidí levantarme para hacer aseo y aprovechar a formatear un disco duro que marcaba error, nunca pensé que tardaría tanto en concluir la limpieza, y es que; mientras levantaba algunos papeles que estaban arrumbados sobre otras cosas arrumbadas en mi cuarto, encontré un librito que nunca había captado mi atención (y estoy seguro de ello porque para mí fue la primera vez que lo ví, ahí, en mi cuarto). Como todo curioso que gusta de criticar y fisgonear a detalle las cosas, le di vuelta una y otra vez buscando algún nombre, separador de páginas, servilelta con un teléfono, un billete de a 100, factura, dedicatoria o “x” indicio que me aclarara la duda sobre de quién era o cómo, tal vez, pudo haber llegado…
“Ehm…..Vé… No tiene ni firma ni sello…. Mhhhhmm…. El caballero de la Armadura Oxidada… 56ª Edición, Robert Fisher... Algo viejo, medio canoso y calvo… Vamos a ver qué…”
Le di una pequeña (h)ojeada y, bueno, parecía una lectura bastante digerible como para entretenerme un poco mientras esperaba que se formateara el Disco Duro e instalara el Sistema Operativo; no podía escuchar música ni nada en la computadora, por lo que me recosté un rato y empecé a leer el libro…
Me habrá tomado tal vez un par de horas el leerlo, tenía pocas páginas y eso hacía que me propusiera a completarlo en ese mismo día (dejé a un lado la escoba y el mechudo “trapeador” y tomé mi almohada y mis lentes), y así fue…
No pondré un análisis literario sobre la obra, ni diré críticas sobre tal libro; sólo diré que hace unos días platicaba con A_di (Adriana) acerca de cómo las personas necesitamos darnos nuestro propio espacio, escucharnos a nosotros mismos, aprender a amarnos, a complacernos, a cumplir nuestros caprichos personales; después de, claro, conocernos. Y, por alguna razón (¿No les ha pasado?) encontré este libro justo después de haber tenido la plática con A_di, y no antes (hubiera sido lo mejor para tener un enfoque más fuerte sobre el tema de "cómo conocernos interiormente", y así explicarlo con las palabras que dicta el autor; ya que define conceptos que todos sentimos, pero que pocos podemos describir); pero bueno, considero que es un buen libro para aprovechar un mediodía o una tarde; así te cultivas en lugar de ver Rocky II, Rocky III o cualquier película de esas viejas que pasan en el Canal 5 o en Azteca 7 (Claro, si es que como yo, no cuentas con Televisión por cable o Sky jajajajaja).
Bonito libro, me gustó. Por ahora, es lo que puedo decir…
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