Blogger templates

lunes, mayo 02, 2011

:: En la playa "El semillero" ::

En la playa El semillero (17)

Sábado, 23 de abril. Me levanté como de costumbre, temprano (gracias al horario de verano no aplicado en Guatemala por supuesto); dormí profundamente después de la ceremonia divertida de las manos veloces que intentaban alejar a la mayoría de mosquitos que deseaban probar mi sangre azteca (a los que pudieron espero no les haya caído mal), es un ejercicio bastante agotador. Al levantarnos todo supimos entonces que ya había planes trazados para el día; no obstante, antes de emprender la marcha por aquellos caminos cuyo trayecto son equivalentes a horas y pico para llegar a cualquier destino cercano a la aldea, nos dimos un pequeño paseo cerca de la casona.

En la playa El semillero (23)

Fue una caminata bajo un sol bastante tranquilo, encima de terreno en demasía fértil y aproximadamente un kilómetro de distancia que aparentó ser más por la problemática de pasar entre matorrales, esquivar agujeros en la tierra (nidos de algunos animales), ahuyentar los mosquitos, y caminar con cautela para no irrumpir con alguna planta espinosa o con algún reptil que pudiera interpretar nuestro paseo como un peligro a su existencia. Milpa por aquí, guías de calabazas por allá, altos pastos por doquier; y a lo lejos una muestra del río que en algún punto lejano habría de alimentar algún manglar para terminar desembocando en las barras que le permitirían llegar al mar.

En la playa El semillero  (01)

En la playa El semillero (03)

En la playa El semillero (02)

Un manto acuoso un tanto pantanoso nos limitó el llegar hasta el río, así que sólo pudimos divisarlo desde una distancia media. Luego, cumplido el propósito, regresamos a casa, y mientras esperaba la salida me seguí deleitando con las heliconias, hawaianas y antorchas (o como dijeran allá: “Flores exóticas” en general; sin hacer hincapié en la importancia del nombre individual de las especies).

En la playa El semillero (04)

En la playa El semillero (05)

Momentos después, estábamos recorriendo caminos que en tramos específicos eran adornados por filas y filas de grandes palmeras de aceite, formadas de manera tan correcta que parecían cientos de guerreros águilas para nada taciturnos que mostraban sus penachos como si vieran nuestra partida con singular atención.

En la playa El semillero (06)

¿Qué será? ¿Una hora después? Algo así; llegamos a un río. Me confundí al principio pensando que era el río del día anterior, el “Ican” (muchas gracias GC por la información) pero no, era otro; del que de igual manera no puedo recordar el nombre todavía, pero del que sí puedo confirmar su particular belleza. Mucha gente opta por celebrar en el río, incluso había, además de los autos y camionetas estacionados, algunos autobuses que daban la impresión de tener exclusividad de viaje hacia este río.

En la playa El semillero (07)

En la playa El semillero (10)

En la playa El semillero (11)

En la playa El semillero (12)

No nos bañamos (caso contrario al anterior, en donde pude comprobar la tibieza del agua a mitad del río y la frescura del viento circundante en tal punto); si acaso habremos tardado a lo máximo media hora, cuando emprendimos nuevamente la marcha hacia el gran punto de llegada, la playa “El semillero”.

En la playa El semillero (13)

Apenas llegando, se veía actividad intensa: Cientos de personas paseando por las calles cercanas a la playa; decenas de establecimientos vendiendo alimentos, recuerdos, bebidas, gorras, trajes, etcétera; ires y venires de camionetas, autos, motocicletas; música sonando por doquier. Era algo tarde, pensábamos que para esa hora todo estaría terminándose, pero aún era el comienzo. Caminamos por la playa y recorrimos lugares, viendo aquí y allá, conociendo los centros botaneros llenos gente bailando y divirtiéndose y deteniéndonos en una que otra tienda para comprar algo de beber.

En la playa El semillero (16)

En la playa El semillero (15)

En la playa El semillero (19)

En la playa El semillero (14)

En este lapso no hicimos otra cosa que caminar a lo largo de la playa mientras el atardecer caía. A pesar de que la marea estaba algo subida las personas todavía se atrevían a bañarse; nosotros sólo veíamos y así nos mantuvimos hasta que la noche cayó.

En la playa El semillero (20)

Disfrutamos un poco de la vida nocturna en la playa, al final entramos en una enorme palapa adecuada como un antro del que al inicio no se esperaba mucho: Cuando entramos ocupamos apenas la segunda mesa, y para un par de horas después el lugar estaba a reventar. La vida nocturna en verdad que difiere de los paseos en el día en cuanto a forma, pero la realidad es que nadie desperdicia el tiempo cuando se trata de divertirse.

En la playa El semillero (22)

Regresamos después a la casona. Teníamos que levantarnos temprano al otro día ya que era nuestro regreso a Tapachula. Está de más mencionar que caímos rendidos por el ajetreo de haberla pasado bien en El semillero.

En la playa El semillero (25)

Con un buen sabor de boca por los tres días y cacho ahí, nos despedimos muy temprano. Luego de varias horas de viaje por autobús llegamos a Tecún Umán, el último punto Guatemalteco que pisaríamos antes de cruzar el puente fronterizo para entrar a México, a nuestro país. Despedí este pequeño viaje con fotos tomadas del parque mientras le atravesábamos caminando.

En la playa El semillero (26)

En la playa El semillero (28)

En la playa El semillero (27)

Después de enfocar y tomar la última foto, bajé lentamente la cámara mientras abría el ojo izquierdo para dar (al menos por ahora) el vistazo final hacia aquella dirección, con calma tapé la lente y coloqué la cámara en su funda, abroché el seguro y me coloqué la funda a mi costado, me di la media vuelta y sin mirar atrás seguimos caminando rumbo a México: El viaje había concluido satisfactoriamente…

En la playa El semillero (29)

A continuación, les dejo con la galería de fotos:


No sé ustedes pero yo me quedé con ganas de conocer más de Guatemala... :-)

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...