01 de Agosto de 2011. Cuando salí del espectáculo de la Guelaguetza y fui por mis cosas a despedirme de los padres de Oscar, sabía que era tiempo de regresar. Así que me dirigí rápidamente a la terminal a comprar mi boleto y a esperar a que diera la hora de la salida. En los últimos momentos que estuve en Oaxaca, pude apreciar un poco del parque en el que se llevaba a cabo la exposición (o feria) del mezcal, pero por cuestiones de tiempo ya no entré y me mantuve al margen de la ocasión; entre caminata y caminata me tocó conocer a unos chicos que difundían su música a través de la venta de su disco. El grupo de llama “Dahila”, y luego de despedirlos continué apreciando los toques coloridos del parque.
Para cuando era la hora indicada, regresé a la terminal de autobuses, y luego de ver cómo un globo de Winnie the Pooh era rescatado por un empleado de la terminal, abordé la unidad y me regresé, aunque no precisamente a casa para finalizar el viaje, más bien a Chiapas, a cerrar con broche de oro mientras el tiempo así me lo permitiese…
Y esto ha sido todo respecto a Oaxaca, que ya lo que viene de esta crónica retrasada será un poquito de Chiapas; pero como ya es costumbre mía, lo postergaré para contaros algo recién salidito del comal…
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