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jueves, agosto 11, 2011

:: Una breve calenda ::

Calenda (01)

Muchos turistas se acercaban con prisa a un andador en particular, el mismo andador en donde estaba hospedado. ¿Qué era eso que causaba que mientras se acercaban iban preparando sus cámaras para hacer tomas procurando no interrumpir? De repente pude escuchar música regional proveniente de instrumentos de viento, entonando una pieza folklórica Oaxaqueña; el instinto me dominó, saqué la cámara y troté a modo de incorporarme a aquello, y cuando por fin estuve en medio de la aglomeración abriéndome paso para poder ver mejor…

Calenda (02)

Vi con agrado una especie de procesión, de calenda, que se movía al ritmo lento y cadencioso de la música por ese gran corredor; decenas de personas observaban a otras decenas que iban vestidas con trajes regionales y de las cuales algunos iban al frente de sus grupos cargando estandartes que indicaban asociaciones y capitanías involucradas en tan virtuosa partida. Exactamente no supe qué era o a qué obedecía, tan sólo me dejé llevar por el momento, y al igual que muchos otros, empecé a realizar tomas para captar el instante.

Calenda (03)

Los colores llamativos y combinados de los trajes resaltaba por mucho dentro de la multitud, que se abría para dejarles pasar; la mayoría mujeres, portaban con orgullo y excelencia sus vestidos inconfundibles oaxaqueños. Muchos procuramos atrapar el momento pero en realidad el momento nos atrapó; la belleza de las mujeres, de los trajes, y de las mujeres portando los trajes era algo simplemente hermoso; el crujir de los obturadores se desplazaba por el camino del grupo andante y era como un trinar de aves egregias, mi atención fue robada por las miradas de ellas, y en un intento espontáneo por capturar sus parpadeos seguí y seguí fotografiando.

Calenda (04)

Peco de presumido, es verdad, al asegurar que por unos segundos llamé la atención de ellas, que compartieron una mirada cautivadora a la lente; pues de tanta aglomeración a su alrededor lo más probable es que no supieran hacia donde voltear a cada paso firme avanzado; y en una sonrisa oculta por el cuerpo de mi cámara, y tras mi ojo izquierdo cerrado para lograr un enfoque decente, fui deslumbrado con sus rostros delicados y de perfil soñador… Y, por sólo una fracción de segundo, sonrieron hacia mí…

Calenda (05)

Calenda (06)

Calenda (07)

Para cuando doblaron la esquina a seguir con la caminata, la misma multitud de la que segundos antes formé parte me cerraba el paso para que sí misma pudiera hacerse de contemplar el andar de los trajes y disfrutar de la melodía ahora callejera; bajé la lente y sujeté la cámara… Absorto aún vi cómo se alejaba la procesión y se perdía entre las espaldas de los espectadores. Sonreí, mantuve la mirada un poco más de tiempo, y luego de eso, me dirigí a descansar al hostal, porque estaba algo cansado del viaje y presentía que algo especial me aguardaba ver en la tarde o en la noche, y vaya que no me equivoqué…

Continuará…

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