:: En Mitla ::

El conocer las cascadas petrificadas de “Hierve el Agua” supuso la conquista del viaje, fue la obtención de concluir el propósito inicial que me movió a decidirme de un día para otro gracias a la publicidad en televisión que decía que era un lugar maravilloso de México, “Una Estrella más del Bicentenario”; y ciertamente, lo es.



Pero, casi caía en el olvido de la existencia de los otros lugares, de los visitados y por visitar; talvez por la emoción. Cuando reparé más a conciencia de ello, me di cuenta que ya estábamos en el transporte de vuelta a la carretera, habían quedado atrás las cascadas y con ellas parte de mi espíritu muy aferrado; supongo entonces que deberé volver.





Al cabo de quizás menos de una hora en promedio si mi memoria no me engaña, ya estábamos próximos al nuevo punto viajero: Las Ruinas de Mitla. Es, por mencionarlo con un poco de glamour, otro icono más de la Cultura del estado Oaxaqueño.



Mitla (Mictlan o Lugar de muertos en náhuatl, Lyobaa o Lugar de descanso en zapoteco, Ñuu Ndiyi o Lugar de muertos en Mixteco) es una zona arqueológica localizada a 44 km de la ciudad de Oaxaca. Ante la desaparición de Monte Albán como núcleo de poder, Mitla se convirtió en una población muy importante que funcionó como centro de poder para los Zapotecas del valle. Su máximo crecimiento y apogeo ocurrió entre 950 y 1521.



La zona arqueológica comprende cinco conjuntos de arquitectura monumental: Grupo del Norte ó de la Iglesia; Grupo de las Columnas; Grupo del Adobe o del Calvario; Grupo del Arroyo y Grupo del Sur. Los conjuntos del Adobe o Calvario y del Sur, por haber sido construidos en épocas anteriores, reproducen la tradición de plazas, rodeadas de palacios sobre plataformas, al estilo de Monte Albán.

Por ahora, luego de pagar en la entrada la módica cantidad de $37.00 pesos visité en primer lugar el Grupo de las Columnas, que comprende toda un área de construcciones alrededor de una plaza, un corredor de columnas y habitaciones del palacio:















En los conjuntos del Norte, de las Columnas y del Arroyo, se ubican los edificios administrativos y palacios de personajes de alto rango. Estos palacios se caracterizan por el uso arquitectónico de grandes monolitos y por sus fachadas ornamentadas con mosaicos de grecas de diferentes diseños enmarcados por tableros, elementos que son parte de la rica tradición arquitectónica zapoteca iniciada en Monte Albán con fuertes influencias teotihuacanas.







El mayor atractivo de la zona arqueológica de Mitla es sin duda, la variada ornamentación de sus edificios, lograda mediante el sistema de grecas que la distingue de las del resto del país. El arte decorativo de Mitla es muy fino; los tableros, frisos y tumbas están decorados con mosaicos de piedra que forman paneles de grecas en los muros; en algunos casos, como en los dinteles, éstas se labraron directamente sobre la piedra.



Las paredes decoradas con mosaicos de piedra estaban pintadas de rojo, mientras que algunas partes de los palacios del Grupo del Norte se decoraron con pinturas que representan escenas y personajes mitológicos. Causan asombro también los grandes soportes monolíticos de la Sala de las Columnas. En distintos edificios del sitio hay evidencia de que existió pintura mural. A pesar de que se trata de pequeños fragmentos de color rojo, principalmente, es posible suponer que gran parte de las construcciones estuvo pintada.





En segundo lugar, estuve en el Grupo del Norte ó de la Iglesia. Como muchas construcciones que han surgido en el país, ha sido construida a base de las propias piedras que formaron parte de la estructura original de los sitios arqueológicos. Impresionante.





El templo fue erigido sobre una plataforma prehispánica, durante su construcción, que empezó en el año 1590, se utilizaron numerosos materiales extraídos de los otros templos del sitio. Se accede a él por un espacioso atrio y a través de una portada que luce un arco peraltado con remates piramidales y un nicho.





El entablamento que divide los dos cuerpos está decorado y sobre él se abre la ventana del coro. Su fachada es muy sencilla y en su interior se pueden apreciar dos retablos de estilo barroco, uno dedicado a la Virgen de Guadalupe y el otro a San Juan.



Luego de estar en Mitla, proseguimos con el viaje porque ya era hora de comer, y de ahí iríamos a nuestro último destino del tour del día...

Conocer Mitla fue toda una revelación, no fue si no en ese momento que supe cuál era la esencia de su existencia y el significado que encierra, además de imaginar los misterios que esconde... Un lugar lleno de belleza arquitectónica que te invita a la reflexión...

Continuará...

Con gusto, les comparto la galería: