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miércoles, febrero 29, 2012

:: La Torre Chiapas ::

Torre Chiapas (10)

03 de Febrero de 2012: Al día siguiente de haber llegado a San Cristóbal debía presentarme en Tuxtla para un compromiso laboral de importancia realmente insignificante; pero el compromiso estaba hecho. Pude haberme quedado en San Cris y aprovechar la mañana, medio día y tarde ahí (y jalar para Zinacantán) pero no, debía ir a Tuxtla por sentido de responsabilidad; todo para que al final me dijeran por teléfono que sería imposible concretar la cita y que se posponía el evento. “Granujas parásitos burócratas” -pensé de momento-, pero viéndolo desde un punto de vista meramente “valemadrista” (relajado, que no es sacado de su zona de paz y ni es afectado ni por los mismos caos universales apocalípticos), estaba bien, tenía que sacar provecho de la circunstancia y así fue.

Torre Chiapas (11)

Torre Chiapas (05)

A lo lejos, tenía el primer punto interesante: La Torre Chiapas. Con mucho tiempo atrás la había visto, incluso cuando estaba en apenas la obra gris, y ahora sería buena oportunidad para fotografiarla. Caminé poco a poco acercándome a ella, descubriéndose su magnitud a cada paso que hacía mella a la distancia entre los dos; puede decirse que, pese al calor y a una que otra levantada de polvo en las aceras peatonales, pude apreciarla con gran limpieza.

Torre Chiapas (03)

Torre Chiapas (06)

El acceso a la Torre es monitoreado por sistemas comunes de seguridad (policías con radio y toda la parafernalia, estacionamientos abiertos pero con cámaras de vigilancia) que dan una imagen reservada y propia del edificio; ya no indagué qué tan fácil es entrar porque aunque estoy seguro que luce muy bien desde adentro y que las fotos desde los últimos pisos hacia el exterior deben ser bellísimas con esa vista tan alta, preferí tomarla por fuera porque así es como tiende a demostrar su imponencia y su diseño atractivo “de vanguardia”.

Torre Chiapas (07)

Algo de historia: La Torre Chiapas es un edificio en las afueras de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México. Es el edificio más alto en el estado y uno de los más altos del sureste del país. La estructura está ubicada a las afueras de la ciudad, en el cruce del Libramiento Norte con la Calzada Andrés Serra Rojas, dentro del área del Poliforum Mesoamericano. Tiene 22 pisos, y una altura de 104 metros sobre el nivel del piso, con 20 metros de cimientos. La construcción se inició en marzo del 2009, bajo la responsabilidad de la Constructora GIA SA de CV. El presupuesto asignado es de $1,142,729,735.86 pesos mexicanos.

El edificio alberga oficinas de gobierno. Tiene un helipuerto y un restaurante en el piso superior. El diseño del edificio fue inspirado con decoraciones de las etnias en el estado. El edificio es una construcción ecológicamente responsable y ha sido sometida a la certificación internacional Leadership in Energy and Environmental Design (LEED).

Fuente: Aquí.
Más información (y fotos) sobre la Torre: Aquí.

Torre Chiapas (01)

Ya de ahí, me lanzo a los miradores del Cañón del Sumidero; quería verlos todos, apreciar la geología desde arriba nuevamente, y ver las cinco perspectivas que nos brindan separadamente los miradores y ¿Por qué no? también en conjunto si es que se pudiera. Pero el tramo carretero de los miradores estaba en reparación, así que no se llevó a cabo el plan. Precisamente comentaron que ya en marzo se abriría nuevamente el acceso, por lo que tuve que cambiar nuevamente la ruta del paseo y dirigirme ahora a otro punto interesante de la ciudad…

Torre Chiapas (08)

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domingo, febrero 26, 2012

:: En un río cerca de "La Piedra de Huixtla" ::

19 Febrero 2012 (28)

19 Febrero 2012 (03)

Después de recorrer el camino y preguntar la forma adecuada para llegar, algo pasó en esa subida que no permitió que la camioneta siguiera andando; al final se resume todo a una falla mecánica y a un intento de llegar a la Piedra de Huixtla, que era el destino de este mochiviaje. El ánimo y la disposición de los viajeros fueron mermados en ningún momento pese a la serie de acontecimientos suscitados. Una de las cosas que hicimos cuando esperábamos el enfriamiento del sistema automotor -para ver si así se recuperaba el estado móvil- fue comer y empezar la ronda de fotografías; así que pudimos evidenciar que las cercanías a la Piedra gozan a todo pulmón de una vista panorámica bella y sustancial.


19 Febrero 2012 (02)

Pero, no importando las circunstancias, todo viaje siempre es una oportunidad de aprendizaje; desde las remembranzas de la infancia y los recuerdos transformados en pequeñas figuras armadas con las cáscaras de una semilla de cierto árbol cuyo nombre jamás conocí, el misterio de preguntarse cómo puede un insecto emisor de un chirrido tan autóctono abandonar su cuerpo y resurgir de su crisálida para seguir su camino así como los demás de su especie en esta época del año; hasta la actividad de despojarle agradecidamente el fruto de color siempre verde aunque maduro (chalún, paterna, caspirol, canicuil, etc..) al árbol que quizás sin la intervención de la mano del hombre ha crecido a la orilla de la carretera y que ha visto desde su posición los terrenos de allá abajo que jamás fueron planchados por la mano de la naturaleza o del hombre.

19 Febrero 2012 (09)


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Sin contar claro esos recuerdos que no pueden evidenciarse con fotografías, esos en donde el aroma del cafeto interviene y también en donde no puede apreciarse aún auditivamente la música que resonará de la marimba que será construida con la madera del árbol que crecerá de la semilla del hormiguillo que tienes en la mano; todo podía ser recordado en imágenes. Y ahí, estancados temporalmente por pocas horas en ese sitio y luego en otro más abajo, ya en la entrada a ese camino y por más horas; permanecimos mitigando la impaciencia. Buscamos formas de distracción, desde pláticas hasta juegos de aviones de papel, pero siempre juntos, según la ley de la manada. Ya cuando estábamos decidiendo cambiar un poco de rumbo las cosas, aparece Hugo, y entonces; a falta de concretar el diseñado viaje, regresamos por donde habíamos pasado horas antes y aprovechamos lo que quedaba de la tarde gozando de las aguas de un río en un punto intermedio de la carretera.

19 Febrero 2012 (11)

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Sirvió mucho el agua para contrarrestar el calor acumulado durante ese tiempo dentro de la camioneta, supongo que era como darle un respiro a nuestro cuerpo luego de ponerse a una muy pequeña prueba de paciencia y calma. Ahí estuvimos, en medio del agua, tomando fotos; viendo las enormes piedras con formas extrañas a la orilla del río, bueno, de hecho, por todas partes. Es curioso que no estuviera visitado por otras personas, porque está muy accesible y es muy propicio para nadar y para caminar dentro. Supongo que después de todo tuvimos suerte.

19 Febrero 2012 (16)

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Y, aunque no se logró el cometido al 100% no se ha quitado el dedo del renglón. Dentro de algunos domingos volveremos a tomar el camino y, ahora sí ya con conocimiento del rumbo que hay que tomar para llegar a la piedra, veremos lo que nos ofrece y algunas cosas más que ciertos lugareños han mencionado que hay y de lo que no teníamos ni la más remota idea… Pero hasta entonces, debemos regresar a casa…

19 Febrero 2012 (29)

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martes, febrero 21, 2012

:: 3 días en San Cristóbal ::

San Cristóbal FEB - 2012 (01)

02, 03 y 04 de febrero de 2012: Una posición de medio puño se soportaba entre el cristal de la vagoneta y mi mejilla mientras descubría por enésima vez que, efectivamente, tras ese atardecer y el descenso de temperatura por el avance carretero, hacía una hora que me había despedido de mis hermanos y que no los vería pese a que al próximo día regresaría (por cuestiones laborales “sorpresas”) a Tuxtla. Se iban a México a aprovechar el fin de semana largo. La familia es importante, precisamente por esa razón viajaban también.

San Cristóbal FEB - 2012 (02)

San Cristóbal FEB - 2012 (03)

San Cristóbal FEB - 2012 (04)

Descendí y pise el suelo de San Cristóbal. A propósito no llevé chamarra o suéter, para sentir el frío local. A falta de consciencia no llevé tripié (error fatal si deseas realizar tomas nocturnas en estos hermosos andadores coletos, así que si tienes llévalo porque si no lo lamentarás y perderás magníficas fotos). Mi sobrino, por otro lado, iba en camino y no lo vería si no hasta después de tres horas, sólo que eso ninguno de los dos lo sabíamos. Ambos supusimos desde días antes que nos veríamos poco después del medio día; pero la situación no cedió a nuestro presagio, y tomó por sorpresa nuestro encuentro. ¿Qué me quedaba hacer de inmediato a mi llegada si no recorrer y re-enamorarme de la ciudad y dejar que el paso fluyera a través del canto de la diversidad de idiomas y estereotipos de lugareños?

San Cristóbal FEB - 2012 (05)

San Cristóbal FEB - 2012 (06)

San Cristóbal FEB - 2012 (08)

Caminé y caminé, no me desplacé mucho, tan sólo por el corazón del centro histórico, que es la parte representativa turística de aquí. Era el día de la candelaria, y en las afueras de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán se percibía la celebración entre una mezcla de la cultura anfitriona y la variedad de culturas visitantes. La gente, inmóvil mientras andaba, se acercaba a sentir la música, la gastronomía, la calidez y la bienvenida por la celebración. No sé si era por eso o es que siempre este lugar grita hospitalidad y brinda cálida mano en su trato… No, corrijo, siempre es así; recuerdo las veces anteriores que he ido por supuesto.

San Cristóbal FEB - 2012 (09)

San Cristóbal FEB - 2012 (13)

Luego llegó mi sobrino, y me contó la travesía por la que tuvo que pasar… Miren que hacerse catorce horas/nalga de Tapachula hasta San Cristóbal de las Casas se oye gracioso pero representa una friega de los mil demonios; pero ya estaba ahí, era lo importante. “Alistémonos que luego de hacer los trámites del hotel nos vamos a recorrer la ciudad y a cenar a un buen restaurante…”

San Cristóbal FEB - 2012 (14)

San Cristóbal FEB - 2012 (15)

San Cristóbal FEB - 2012 (16)

Y así fue, a la vista desde la terraza de un restaurante y con la compañía de las cuerdas de una guitarra y una voz juvenil, cenamos en un andador de esos bastante acogedores. Al día siguiente había labores desde temprano, por lo que nos fuimos a descansar rápido. Y entre actividades laborales mías y estudiantiles de mi sobrino, nos coordinábamos para entregar nuestra admiración a San Cristóbal y aventurarnos a la gente y a los lugares; sobre todo por la noche y con mapa en mano, que es como la medicina para la taciturna vista que termina en tu rostro luego de un día cansado.

San Cristóbal FEB - 2012 (17)

San Cristóbal FEB - 2012 (18)

San Cristóbal FEB - 2012 (19)

San Cristóbal FEB - 2012 (21)

San Cristóbal FEB - 2012 (24)

Ya sólo el último día tuvimos oportunidad de hacer el último recorrido, breve, modesto, lo suficientemente Express como para que nos dejara con un exquisito sabor en el alma y nos empujara a volver pronto; regresamos con el sabor a café regional, la degustación gastronómica autóctona, la piel suave del ámbar luego de apreciar si es o no auténtica (y conocer de primera mano –literalmente- su ardua labor de labrado) y de apreciar lo que artistas y artesanos son capaces de hacer con esta resina preciada; regresamos con la convivencia cultural que se da en los rincones más íntimos de la ciudad revolucionando tus sentidos y tu aprecio sobre y hacia la gente en medio del humo del tabaco, la cerveza y la música de las cuerdas y el zapateo de unas piernas femeninas; regresamos con la normalidad de ver representantes de países tan lejanos o cercanos como quieras imaginar, regresamos aún con el hasta luego que siempre te proporciona la ciudad y sus paisajes; regresamos, a falta de palabra, impregnados de San Cristóbal…

San Cristóbal FEB - 2012 (25)

San Cristóbal FEB - 2012 (27)

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Pero Tranquilo, que aún quedan cosas por compartir de este viaje, sobre todo en ese día que me regresé a Tuxtla, sólo que quise hablar de una sola vez de San Cristóbal porque así es: Uno solo e indivisible al corazón, pero ya sabrás pronto lo que me pasó en Tuxtla, y eso, a que no te lo quieres perder…

San Cristóbal FEB - 2012 (23)

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jueves, febrero 16, 2012

:: En el ZOOMAT ::

ZOOMAT (80)

Martes 31 de enero (11:45 p.m.): Tener al autobús de frente, azul y ruidoso, hace que regresen las remembranzas de viajes inesperados pero altamente deseados, sobre todo cuando no es precisamente época de vacaciones. Y entonces subí, con destino a Tuxtla nuevamente, y nuevamente por asuntos laborales. Aunque, claro, siempre con la intención de darme mis escapadas…

ZOOMAT (01)

Llegué a las 4:30 a.m. a la ciudad, como muchos hacen referencia, “de los conejos”. Luego de dormir un poco e ir a arreglar mis asuntos de trabajo, me doy cuenta que ha sido mucho más breve de lo esperado, lo que abría un mundo de posibilidades ante mis ojos. Con cámara en mano y mil formas de ánimo, me dirijo entonces al Zoológico, también conocido como ZOOMAT. Hace mucho que no me daba una vuelta por aquí.

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No es la primera vez que voy, pero sí la primera que llevo la cámara y la disposición de tiempo más grande a mi orden. La entrada al zoológico varía de acuerdo a si eres estudiante, profesor o extranjero y también a condicionamientos de ser ciertos días de la semana; este régimen es muy constante en varios puntos del país, lo que brinda accesibilidad económica a nuestros bolsillos. Así que, pagando la entrada general ($20.00) me adentro a un contacto más natural dentro de esta urbe llena de edificios y oficinas de servicios al pueblo.

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A primeros encuentros de la entrada, se localiza un museo especializado en la vida de los cocodrilos; desde grandes ejemplares disecados, procesos de incubación apoyados gráficamente con réplicas de huevos reales, hasta esqueletos e incluso especies vivas en sendos acuarios adecuados como un hábitat alterno; el museo te guía entre pasillos oscuros con zonas de interés iluminadas para resaltar las temáticas abordadas según avanzas en tu paso por el interior.

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De entrada, mueve tu interés, y es un gran alivio que se ubique al inicio del recorrido porque despiertan en tu pensamiento ciertas preguntas y observaciones que se apaciguan cuando abandonas la penumbra de ese apartado y te topas con el espacio abierto que ha sido marcado con huellitas azules y verdes que indican el recorrido óptimo para conocer a los animales que han sido ubicados a ambos lados del corredor en respectivas jaulas.

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Y el recorrido empieza, ¿Por dónde inicio? ¿Qué ruta es la más adecuada para tomar? ¿A qué ejemplar voy a ver primero? Esas respuestas sólo se consiguen allá, entre la decisión luego de observar el mapa y como segunda opción la curiosidad por seguir las huellitas que marca la ruta, pero siempre hay que abrir bien los ojos, que nunca se sabe cómo estarán los animales una vez que debas verlos.

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Como cuando entras a esa zona dedicada exclusivamente a las serpientes y otros reptiles, y te das cuenta que lo único que te separa entre tú y, tal vez, un ataque -la mayoría de las veces- mortal, es un vidrio transparente que te da una seguridad tan rara y que es frágil cuando ves de frente a estos seres, y te permite reaccionar con el lujo de la lentitud, que si te los encuentras en su hábitat natural, a estas horas es posible que no lo estuvieras contando y tuviéramos que enterarnos por las marcas dejadas en tu cadáver, qué especie fue la que te atacó.

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Pero, hablemos un poco sobre el zoológico. Su nombre (ZOOMAT) viene del acortamiento de “Zoológico Miguel A. del Toro”; fue fundado en 1942 por Elíseo Palacios para el estudio y la conservación de la fauna regional. Desde 1980 se ubica en el Zapotal, una zona cubierta de selva mediana compuesta por árboles de chicozapote, zapote colorado, zapote negro, ámate, jocotillo, cedro y baqueta, entre otras especies, Este ambiente propicia un hábitat cercano al original para los animales que allí viven.

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El recorrido se realiza por un sendero de 2.5km que lleva a conocer a los animales es sus encierros e incluye sólo ejemplares de la fauna regional: jabalíes, grisones, quetzal, venado cabrito, tejones, hocofaisanes, pavo ocelado, jaguar, tapir, felinos diversos, jaguar negro, pavón (símbolo de este zoológico pues es una ave que solo habita en Chiapas y se halla en peligro de extinción), viejo de monte, sensos, nutria, pajareras (tucanes, guacamayas, y otras aves), herpetario (reptiles vivos), hormiguero arbirícola, aves acuáticas, aves rapases, guaqueques, venado de campo, coyote, monos araña y saraguatos, mapaches y zorras, tortugas, vivario, (arañas e insectos), casa nocturna (aloja ejemplares vivos de especies de hábitos nocturnos), avario, aves limnícolas y cocodrilos.

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El Zoomat cuenta también con aulas audiovisuales, librerías, área de orientación ecológica, refresquerías y zonas de comedores para días de campo. Abarca 139 ha y lleva su nombre en honor de quien ha sido su director desde 1944 y se le deben importantes estudios sobre la fauna chiapaneca. Fuente: Aquí.

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¿Entonces, qué estamos esperando para ir a ver a los animales de nuestra región?

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Con gusto, te comparto la galería:

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