Camina por los andadores sin preocupación alguna de ser interrumpido por el aparatoso cuerpo de un automóvil, comparte el suelo con la gente y sus calzados, siempre llevando en la frente la etiqueta de su historia y en su corazón la agonía de la felicidad que les toca vivir. Déjate observar por ellos y ser objeto de curiosidad o de ausentismo de criterios, que al cabo nadie repara más que en sí mismo en ese lago de gente que se mueve por las lisas banquetas y el poco pedregoso mar que encierran.
Observa a tu alrededor la fluidez con que la vida camina, tan diversa y tan variopinta que a cada paso demuestra un contraste diferente al anterior visto. Personas que caminan, otras que permanecen estacionarias, y entre ellas, aquellos rostros curtidos por el clima de los fríos de estos alrededores que no permiten que se les tome fotografías por el recelo de ignorar el propósito de retratarlos ¿Qué busca entonces el hombre blanco con tanto aferro al intentarlo? Recordar, compartir, contar una historia desde su perspectiva subjetiva quizás, o meramente el sentir poder lograr algo que pocos -según se vea el caso- tienen la osadía de lograr.
Y no es propio de San Cristóbal que se sienta así la vida en la calle, en la mazmorra pública llena de expresionismos artísticos y artesanales; todo lugar lo tiene, en altos grados o en menores, pero siempre es una constante encontrarte con eso. Los personajes, quizás, y puede que raye en el error al decirlo, son los que dan vida a los lugares más que las estructuras de piedra que se han alzado en sus entrañas; no hay comparación, y aunque ambos elementos cuentan historias y guardan recuerdos, cada uno lo hará en su tinta especial y con una ortografía diferente, mediante lenguajes humanos y mundanos que cada uno de nosotros habrá de descifrar en un auto conocimiento de sí mismo ¿Para qué? En realidad no lo sé, pero puede que eso lo descubras a cada paso que avanzas en este proceso de sentir el mundo bajo tus pies.
Ve así el lugar en otros ojos, y procura intimar con esas miradas que jamás se dirigen a ti más que para ofrecerte en venta un artículo autóctono, trillado, común y sin diferencia de muchos otros que ya has visto, pero que difiere en la intención de quien los vende y en la vida que carga sobre sus hombros. Y cuando hayas tomado una fugaz mirada de esas almas, déjales ir a continuar su camino, y retoma el tuyo y sigue aprendiendo, observando, viviendo; no te detengas, que el mundo fuera de ti no lo hace ¿Por qué tendrías que hacerlo entonces tú?
¿Por qué? —¿Por qué no?
Antes de entrar al Museo del Ámbar te has de topar con el Museo de las culturas populares de Chiapas, que básicamente está a cien metros de distancia ¿Entonces, por qué no lo habías visto con anterioridad, Robles; tan ciego has sido? Puede ser, pero no justificaré ahora mis distracciones y mejor te invito a que si algún día andas por aquí, no dudes en entrar. Observarás muestras de artesanías en tejidos, trastos, juguetes, esculturas, piezas de madera o en estatuillas que representan las diferentes regiones de Chiapas, y así podrás ver un poco más de cerca de esos personajes sin nombre que suelen existir desde hace mucho tiempo y que han dado el color y el sabor de lo que ahora es este magnífico Estado.
Entra al Ex convento de la Merced, y apreciarás el estilo similar a otros templos más pero que en algún momento guarda algo tan suyo y diferente; más acogedor, más cálido, más íntimo; puede que más vacío (aunque eso es meramente circunstancial) pero no por eso dejado en el olvido con estas festividades, ya que de igual manera le adornan y le han de rendir culto en algún momento de las fechas, sólo que ignoro cuándo pueda ser. Déjate atrapar por sus penumbras y candelabros, y vuélvete a preguntar, así como con las iglesias anteriores que has visitado, cómo es que pudieron dar forma a la piedra y a la madera para construir este, metafóricamente hablando, relicario arquitectónico en honor al Todopoderoso y sus santos.
Y así, de lleno, entra a apreciar el ámbar en el museo, y vuelve una y otra vez a reparar en los detalles del pulido y del tiempo que tuvo que pasar para lograr estas piezas desde una resina atrapada en una roca; y recuerda siempre la mayoría de las veces manos chiapanecas le han convertido en esto.
Si tienes suerte, como en esta ocasión me tocó a mí, verás alguna exposición en la parte lateral entre el museo y el ex convento. “Anatomía Sagrada – Dibujos de Diego Meléndez | Archivo de Pablo Amador” es el nombre de la que por ahora está alzada ahí. Aunque no permiten la toma de fotografías y/o video, vagamente cuento que (tomé por lo menos una y) se trata de dibujos y transparencias encimadas unas de otras que muestran los niveles de fabricación en el interior y exterior de los Cristos de caña, aquellos que fueran fabricados tiempo después de La Conquista y dentro de los cuales, en su mayoría, se han encontrado códices que están siendo estudiados para saber más sobre esta técnica de construcción de los Cristos y sobre todo el por qué de esta forma de realizarlos.
“Se trata de poco más de un centenar de piezas, entre dibujos, fotografías, radiografías y esquemas que exhiben de manera gráfica los procesos y estructuras internas de los primeros cristos realizados en México. Este trabajo surgió a partir de las investigaciones científicas del Dr. Pablo Amador, especialista en imaginería colonial del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien desde el 2009 ha encargado al artista Darío Meléndez una serie de esquemas científicos que puedan ser un fiel reflejo de su erudita labor. Esta muestra ofrece, por primera vez en México, la oportunidad de explorar de qué manera la ciencia y el arte se entretejen en el estudio y reinterpretación de piezas escultóricas del siglo XVI y XVII.”Fuente: Aquí.
Y cuando salgas, como ya te he mencionado, no te detengas, que la ciudad da para mostrar mucho más, a cada esquina, a cada paso, a cada movimiento de cuello y a cada llamativo aspecto que aparece de la nada ante tus ojos, porque la vida de un pueblo, la esencia de un lugar, la chispa de la vida de una calle, recae siempre en sus personajes…
Con gusto, te comparto la galería:
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