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martes, julio 31, 2012

:: De fotos y libros en el año ::

Exposímetros (08)

Antes que se me acumulen un poco más, les platico sobre una tendencia reciente (o a lo mejor es que yo ni enterado andaba en meses anteriores) que me ha causado cierta noción de sorpresa: Exposiciones Fotográficas. Sí, a partir de mayo de este año fue que empecé a observar que en el Planetario se alzaban exposiciones fotográficas con más frecuencia. Repito, puede ser que siempre había sido así y yo ni enterado estaba.

Haciendo un recuento, la primera de la que tengo noción y tuve oportunidad de ver fue la titulada “Miradas íntimas” por parte del Colectivo de Fotógrafos independientes – La obra de 34 fotógrafos. Creo que al ser tan diversa y tener de esa forma varios estilos de fotógrafos, me gustó mucho.

Exposición - Miradas íntimas (01)

Exposición - Miradas íntimas (03)

Exposición - Miradas íntimas (05)

Exposición - Miradas íntimas (07)

La segunda fue en Alianza Francesa llamada “Ojos y almas de Chiapas”, por parte de un Suizo (Michel Vial). La temática principalmente eran niños y paredes. Puedes ver un poco más aquí.

Exposición Alianza Francesa (2)

Exposición Alianza Francesa (4)

Exposición Alianza Francesa (5)

Hubieron quizás dos más en el Planetario, a una no fui a la inauguración, y a la otra fui días después de la inauguración. Una de ellas era de un fotógrafo Guatemalteco, pude ver las fotos pero no hice ninguna toma, en esa ocasión conjuntamente estaba la exposición fotográfica “Rojo Tenejapa” de Astrid Rodríguez (Aún no recuerdo por qué no hice fotos en ninguna de las dos exposiciones…).

Para estas fechas, el 27 de Julio para ser exactos, se llevó a cabo una Exposición Fotográfica titulada “Reconstruyendo para un mejor mañana” sobre el gran terremoto del este de Japón, a la vez que la presentación de dos libros que hablas sobre Japón: “Retratos de la Segunda Generación de Japoneses” de Seiji Shinohara y “La Guerra contra los Japoneses en México” de Sergio Hernández Galindo.

Fotografías y libros de japón - Planetario (01)

Fotografías y libros de japón - Planetario (11)

Fotografías y libros de japón - Planetario (08)}

Fotografías y libros de japón - Planetario (06)

Me parece que es formidable el hecho de que se difunda cada vez más la cultura en la ciudad (aunque no se ve mucha respuesta por parte del público, ya que culturalmente andamos por los suelos a comparación de otras ciudades, pero lo que importa es que se está trabajando en ello poco a poco). Por lo menos es lo que puedo decir en cuanto a Exposiciones Fotográficas se refiere, ya que desconozco itinerarios de música, baile, pintura, deporte, pero tengo entendido que también se están haciendo labores.

Fotografías y libros de japón - Planetario (02)
El embajador Japonés Shuichiro Megata haciendo el brindis.

Fotografías y libros de japón - Planetario (03)
Carlos Kasuga Osaka haciendo brindis también.

Poco a poco el contacto se hará más evidente, y puede que las generaciones contemporáneas ya no puedan ejercer el interés en los temas de cultura. Pero ahí vienen las nuevas generaciones, con paradigmas de aprendizaje y acceso a la información ya tan tremendos que pueden ellos darle un avance más notorio y acelerado que el actual a todo el mundo de difusión cultural. Nuestro deber entonces es impulsarlos a ello, aunque aún estamos a tiempo de experimentar esa curiosidad tímida por apreciar las manifestaciones de arte que nos rodean...

Fotografías y libros de japón - Planetario (05)

Mientras tanto, seguimos expectando más exposiciones :-) ...

sábado, julio 21, 2012

:: Mochiviaje a Xetulul ::

Mochiviaje Xetulul (02)

El telón se abrió luego de que las luces en el teatro de Francia se apagaron… La música de fondo entonces descubrió poco a poco el Concierto para Violín No. 5 en La Menor ("Rondo Andantino Quasi Allegretto") de Paganini a la vez que un hada blanca sosteniendo un quinqué bailaba para llegar desde el público al escenario; Señores míos, la magia comenzaba… Para cuando ella estaba arriba los demás personajes aparecían y así mismo se iban, la música cambiaba a una pieza interpretada por el cuarteto de cuerdas Bond, me parece que era “kismet”. Empezaron a aparecer colores foto luminiscentes que provenían de las ropas de los personajes que se mantenían en pie en el escenario; y todo se convirtió en una oscuridad con zonas lumínicas en movimiento allá sobre la duela, y estáticas en las butacas desde donde todos veíamos absortos el espectáculo de Xetulul.

Mochiviaje Xetulul (04)

Increíble, así, sin rodeos ni tapujos; la escenografía es delirante detrás del árbol viejo que habla y bajo la mirada vigilante y brillante del búho ermitaño del bosque; los magos, ilusionistas, acróbatas y bailarines se habían apoderado del lugar antes que, desde arriba en los tribunales y a su vez sobre la mitad del escenario, tres acróbatas tomaran cortinas blancas e hicieran figuras estáticas sobre nuestra vista. Pero no fue todo, todos sin excepción caímos extasiados ante la nostálgica y divertida actuación del mimo del sombrerón que vehementemente buscaba hacerse de una luz para el quinqué, el mismo que llevaba el hada al principio de la obra y que perdió su luz a mitad del acto, pero que gracias a la perseverancia e inventiva del mimo logró tener luz nuevamente y seguir alumbrando desde el escenario. Fueron varios minutos de volver a reír como niño, de sorprenderse en el mágico ambiente del teatro, y de disfrutar de la compañía de los amigos, ahora todos vueltos infantes tal como yo, ya que ninguno pudo hacer frente a los efectos secundarios de entrar a este parque.

Mochiviaje Xetulul (01)

Desde mucho antes del día esperado la emoción se percibía, pero no fue si no al entrar al parque que pude ver nuestras expresiones de estar ahí, y de saber que era real al fin. Qué raro, no había perdido el encanto este lugar ni por un instante; a tan sólo un poco más de un mes de haber ido por primera vez, me presenté; pero ahora con refuerzos: Diez más en una misión kamikaze que buscaba hacer frente a las emociones fuertes de cada atracción mecánica en cada país.

Mochiviaje Xetulul (05)

Mochiviaje Xetulul (09)

Mochiviaje Xetulul (10)

Y aunque al principio nos intimidó un poco verlos de lejos (desde el paseo en el tren), poco a poco, y ni siquiera desayunados, fue que nos decidimos a subir al (según a primeras instancias) más monstruoso de todos: La avalancha. Ese aparato que te regala un viaje de un poco más de un minuto y que logró, encima de despertarnos la adrenalina (y el hambre quizás) y acelerar nuestro ritmo cardíaco, hacernos sentir nuevamente como niños ansiosos de ver, hacer y probar todo cuando fuera posible en Xetulul. Ya luego de comer unas tortas alemanas, fue que a los demás juegos nos dirigimos a mostrar nuestras fuerzas…

Ahora sí, no hubo juego que hubiera sido pasado por alto. Desde la avalancha, sí, repito una y otra vez porque no fue una sola vez que la montamos; pasando por los “Autos chocones”, “El galeón” (este barco de tan amable y dócil apariencia que acabó sorprendiendo a todos por la calidad del volumen conseguido en los gritos de la gente, pese al nudo en la garganta bloqueada que seguramente a más de uno ha de afectar); “Il Ciclone” que te permite ver varios de los más panorámicos y altos paisajes del parque, sólo que con una pequeña distinción: De inicio, que es de cabeza; y en segundo, que la fuerza centrífuga hace que casi casi se te salga el espíritu (más cuando por ningún motivo cierras los ojos) y puedes ver casi de frente a tu cuerpo desmayado allá abajo en el césped.

Mochiviaje Xetulul (35)

Mochiviaje Xetulul (37)

Mochiviaje Xetulul (39)

O el “Strugenzen”, del que, al igual que otros juegos, no conseguí fotografías porque preferí subirme a disfrutar del vértigo y de la emoción de gritar junto a mis compañeros, pero que sé que alguno de ellos que no subieron pudo conseguir buena tomas de nosotros; o la “Góndola Salpicona” que nos dejó completamente empapados a varios pese a no estar en la parte de enfrente del flotante; o incluso el carrusel, que pertenece, al igual que las sillas voladoras, a la categoría de juegos "relax" del parque pero que bajo ningún motivo les hicimos a un lado.

Mochiviaje Xetulul (40)

Todo fue genial, sin mencionar que es el primer mochiviaje que realizamos al extranjero, y que por definición se puede catalogar como el primer mochiviaje internacional hasta ahora registrado. Ha sido una gozada, y el vivirlo con 10 personas más hace que sea 10 veces más intenso. Ahora, a preparar el siguiente mochiviaje…

Mochiviaje Xetulul (29)

Y a planear también, por qué no, el regreso a Xetulul...

A todos ellos, por intensificar la diversión a la décima potencia.

Con gusto, les comparto la galería:
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