El tiempo en Chazumba corría hasta en cierto modo, despacio. La tranquilidad del pueblo y el bullicio de la casa se chocaban en la atención, equilibrando la estadía. Pláticas iban y venían, las voces y escándalos de las nuevas generaciones armonizaban aquellos discernimientos de adultos que más que otra cosa eran recuerdos de infancia de hace no más de 40 años. ¿El tiempo? El tiempo corre, a cada instante, y mientras es inmortal las demás cosas cambian en cualquier sentido…
En una de esas, después de la foto familiar; mis hermanos deciden ir a visitar un pueblo cercano, llamado San Juan Joluxtla. Fui con ellos, y mientras llegábamos por carretera me contaba mi hermano acerca de aquellos tiempos en que era estudiante y vivía en el pueblo; sobre la referencia que es Joluxtla en su adolescencia, esa adolescencia que se concentraba en lo que permitía el pueblo: Jugar con los amigos, perseguir burros, andar por la barranca, estudiar en la secundaria, hacer carnavales, ir a las faenas domingueras en donde en conjunto los padres trabajaban para mejora del pueblo y las madres de familia les llevaban el alimento en la tarde, hacer travesuras, llevar serenatas, tomar trago al compás de las bandas en la feria, en fin; una adolescencia llena de contrastes emocionales.
Decía él algunas cosas de Joluxtla, pero todo se enfocaba a afirmar que en aquellos tiempos se hacían buenos bailes ahí, y que cada que podían iban a este lugar. Lugar bonito, no hay tanta diferencia en cuanto a clima con Chazumba.
Ubicado a 1640 metros sobre el nivel del mar, y con un promedio de 300 habitantes; Joluxtla goza de detalles deliciosos, tal como nos comentaba un licenciado de ahí que encontramos frente a la iglesia, cuyo encuentro con nosotros se debió a que, de repente, mientras observábamos el exterior de la iglesia, empezamos a escuchar música de banda (
de banda de pueblo) y la curiosidad por dicha pieza (
“Dios nunca muere” de Macedonio Alcalá), pero sobre todo por la fidelidad del sonido que nos hacía pensar que no era una grabación, nos hizo indagar un poco hasta encontrarnos con la persona que había puesto la música: El licenciado que hasta hizo la referencia de que Joluxtla, a pesar de ser pequeño, desea integrarse al público, llamando la atención en las maneras posibles, como haciéndose notar por
su sitio web.
Después de platicar un rato, nos despedimos, y tomamos algo de tiempo en hacer algunas fotografías; no recorrimos todo el pueblo, aunque suponía algo fácil por ser un poblado pequeño; pero el calor era tal que nos hizo reconsiderarlo algunas veces. Ya de regreso, pudimos detenernos en dos puntos estratégicos para hacer fotografías, ambos en carretera; el primero es un puente en donde pasa un río cuya vertiente es débil pero que a su paso, entre él, se mantiene alzado un sabino, cuya presencia le da esplendor y belleza adicional al lugar. El otro punto es, una vista lejana hacia Chazumba, donde puede apreciarse en conjunto el pueblo y sus alrededores.
¿Acaso no es un bello pueblo?