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viernes, octubre 11, 2013

:: En Comitán de Domínguez, Chiapas ::

Comitán (41)

(02 de Agosto). A través de la ventana del autobús veíamos pasar rápidamente la zona verde y exhuberante que abraza la carretera por el lado del camino de Motozintla, bastante curvilíneo pero con paisajes hermosos que pueden apreciarse más llegando a las cercanías y en el propio Motozintla; vistas con grandes cantidades de pinos distribuidos en lomas verdes que a cierta hora del día son rozadas (o inclusive cubiertas) por la textura de las nubes; esas traviesas que esconden el camino a los automovilistas en medio de una húmeda capa espesa y blanca durante pocos minutos mientras ellos precavidamente la atraviesan con la intención de despojarse de esa niebla que les deja ver absolutamente nada en el camino. Esas imágenes increíbles son compuestas de valles y prados verdes con manchas urbanas en toda su extensión, y hay fondos blancos esponjosos que tienen en el horizonte bajo zonas con altos pinos que en una toma general permiten hacer excelentes panorámicas; mientras que aquí en las cercanías del camino, donde se define la comarca, cientos de piñas regadas a los pies de sus árboles invitan a la recolección y a la contemplación.

Comitán (04)

Todo era tan digno de ver. Si no me creen, pregunten a Nahiely, que se quedó varios momentos con la cámara pegada al rostro detrás de la ventana encuadrando y disparando a discreción todo el espectáculo local. Era una gran revelación; creo que de los puntos intermedios fue el más llamativo y el más verde, pues daba impresión de estar en un lugar lejano a nuestro estado, como si pasáramos de repente por alguna baja ladera de alguna cordillera en algún país Escandinavo, o algo así. Y luego, con el transcurrir del viaje, vinieron más breves escalas para el intercambio de pasajeros; nosotros permanecimos hasta el final del viaje. Comitán de Domínguez nos aguardaba al anochecer.

Comitán (01)

Comitán (02)

Al llegar lo primero que hicimos fue conseguir hospedaje, para nuestro gusto fue muy cerca del centro histórico; luego de ello, a caminar, que la noche aguardaba y nos deparaba escenarios maravillosos. Cámaras en mano, pies decididos y frío mesurado, salimos rumbo al parque, a decorar nuestra vista con la nocturna Comitán céntrica, esa que jamás habíamos visto. Bastó llegar a la Iglesia de San José, frente a la plaza del arte, para detenernos y apreciar la sinfonía de la noche y las formas melodiosas de la arquitectura y de los conceptos plasmados en las esculturas. Era silencioso, quizá por ser de noche, pero ambas esquinas murmuraban secretos indescifrables, secretos que no tuvimos tiempo de develar, porque apenas pudimos apreciar un poco de todo ello. El proyecto del templo inició en mayo de 1826, cuando el solar fue donado, y un año después iniciaron la construcción. En 1902 el volcán Santa María hizo erupción y los temblores hicieron que se cuarteara el oratorio, lo que dio pie a que tuviera que demolerse. Ya en 1910 se colocó la primera piedra para construir el templo que hoy existe.

Comitán (05)

Comitán (06)

Comitán (25)

Poco a poco las calles iban descubriendo a un centro luminoso, con sonidos de caminantes y de automóviles que dejaban atrás el silencio hasta hace poco percibido. Bastó toparnos con el acceso al centro histórico que es marcado por el teatro de la ciudad, para pegar el grito de asombro en el cielo; las lámparas le iluminaban elegantemente desde abajo, mostrando su belleza estética y su porte arquitectónico.

Comitán (10)

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Comitán (21)

Junto con el templo de Santo Domingo (y el contiguo Centro Cultural Rosario Castellanos) y el palacio municipal, el teatro cierra el triángulo de mayor presencia alrededor de la plaza: Religión, gobierno y arte. El imponente edificio, construido en un estilo neoclásico muy propio del Porfiriato, pertenecía a Natalia Rovelo Argüello, sin embargo, el empresario sancristobalense Daniel Zebadúa lo compró y lo convirtió en Teatro. Un incendio acabó con él en 1940, fue restaurado y se tornó en cine. En los años 80 fue nuevamente readaptado como teatro de la ciudad y con el agregado Junchavín; en la actualidad es el principal escenario de los espectáculos, eventos culturales y sociales de la ciudad con una capacidad para 450 espectadores. Toda una joya si me lo preguntan, y si no, también.

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Recorrimos el cuadro histórico, observando sus formas y sus luces, entramos al Centro Cultural Rosario Castellanos y pudimos ver brevemente su interior; afuera, decenas de fotografías de las reinas de la feria eran mostradas cronológicamente desde la primera hasta la actual; un recorrido visual histórico sin comparación, cada trozo de historia estaba a escasos metros de su antecesora, y ese espacio representaba el transcurrir del tiempo en una línea trazada paralelamente a las paredes del centro cultural, momentos nostálgicos y motivo de orgullo de los Comitecos.

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Había actividad de gente que iba y venía, pese a que el frío se intensificaba según las horas pasaban; la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán estaba cerrada, pero no dormida; estaba de fiesta, resaltaba lumínicamente también, celebraría dos días después (el 04 de agosto) su fundación, que fue por allá por el siglo XVII. En 1956 se construyó el altar mayor de mármol, para conmemorar los 400 años de su fundación. La fachada responde al espíritu mudéjar y en el interior detalles de estilo neoclásico, artesonados inspirados en la carpintería mudéjar del sur de España y el rosetón derivado del gótico. Originalmente la planta de la iglesia conventual era de una sola nave, pero más tarde se le agregaron dos capillas hacia el costado norte y la sacristía. En el siglo XVII se remodelaron su fachada y sus techos de madera y tejas. Como no pudimos entrar a ver su interior, nos conformamos por ahora de gozar de su fachada, no sin antes rodear con la vista y con el andar, su preciosa fuente.

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Comitán (22)

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Descansamos a las afueras de un restaurante, degustamos de la vista y de una parrillada, Comitán de noche es hermosa, y su frío es bastante cálido. Había sido una deliciosa velada…

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El 04 de agosto es fecha de la fiesta de Santo Domingo y la Expoferia (feria Comitán), lo que se tradujo para nosotros en una vasta demostración gastronómica afuera de la iglesia en la cual pudimos disfrutar de apenas un par de platillos. ¿Entrar a la iglesia? Bueno, estaba abierta, pero era un mar de gente que calculo fácilmente que habría sido imposible ¿La fuente? Más hermosa, ¿Es posible eso? Al parecer sí, si al llenarla con agua le agregas flores y pétalos coloridos que dan un aliciente aromático y refrescante tal que provoque que al acercarte a ella te enamores al instante ¿La gente? Alegre, amable, disfrutando de la celebración y realizando muestras musicales de marimba y más cosas que ya no pudimos quedarnos a disfrutar ¿El parque? Atesorando esculturas y muestras de arte que la gente veía a la par de disfrutar de una nieve de cualquiera de las decenas de sabores presentes en los carritos bien formados a un costado.

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Pero en Comitán fue breve nuestro 04 de agosto; de haber sabido que habría tal festejo seguramente no habríamos comprado los boletos para regresar al medio día, pero no sabíamos, y tuvimos que soportar el descuido. Sin embargo, le disfrutamos algo de lo mucho que hubo, y eso es mejor a nada. Ya habrá tiempo de volver, porque eso sí, como siempre, quedan muchas cosas aún por ver y conocer… 

Comitán (34)

¿Y el 03 de agosto? Bueno, a falta de descripción que le haga honor, puedo decir que recibí un excepcional regalo de cumpleaños adelantado. No he mencionado aquí ese día porque, créanme, les juro que merece su propio post… Ya lo verán.

Comitán (20)

Con gusto, les comparto la galería:

sábado, septiembre 21, 2013

:: En Talquián (Unión Juárez, Chiapas) ::

Talquián (01)

27 de julio. Izapa nos brindó harto sol y también sombra, incluso nos permitió (a manos de una travesura que privó de un par de sus frutos al árbol de rambután) degustar el alimento dulce e hidratante que nos colocó una sonrisa en la boca por tan exquisito sabor (sepa Dios si acaso sabe mejor una fruta cuando ésta, sin autorización,  ha sido quitada de su indefensa rama). En defensa nuestra -si acaso sirviese- miembros del jurado, puedo decir que sólo fueron dos, que se veían hermosos y se nos antojaron; que no hallábamos cerca a alguien a quien pedirle y que pendíamos del tendedero de la asoleada mortal a la orden del día. Era pues, una cuestión de vida o muerte.

Talquián (03)

Talquián (12)

Habíamos visto desde la cima de una de las estructuras de Izapa la marcada alineación con el Tacaná; así que ya teníamos noción de cuál sería el siguiente punto de llegada: El volcán. O bueno, lo más que se pudiera avanzar siendo que no íbamos preparados, ni espiritualmente ni en cuestiones de equipamiento, para conquistar la cima así de una sola vez. El plan consistió ni más ni menos en llegar al punto más lejano al cual el transporte público puede entrar, este punto, de este lado de la carretera, es Talquián.

Talquián (04)

Para llegar retomamos el colectivo y fuimos a Cacahoatán, llegando nos bajamos y en la terminal de enfrente ya nos aguardaban los voceros de las rutas hacia la parte más fresca de estos rumbos:

— ¿A dónde va, jefe?
— Hasta donde llegue la combi, más allá de Unión Juárez.
— Ahhh pos ésta, ‘ire, hasta arriba allá a Talquián los lleva.
— Ah bueno, entonces hasta allá que nos deje.
— Súbanle, ya ahorita sale... ¡Santo Domingo, Unión Juárez, Unión Juárez!

Talquián (06)

No habían pasado ni diez minutos cuando notamos que la temperatura se volvía evidentemente más fresca en el camino; ni había pasado siquiera una hora cuando ya habíamos llegado y podíamos sentir la diferencia entre las temperaturas de Izapa, el camino carretero de Cacahoatán a Unión Juárez, y el mismo Talquián. Sabíamos que eran las 2:30 p.m. pero en ciertos momentos Talquián parecía tan atemporal que nos despistó por completo, o a lo mejor nos perdimos en el disfrute de su clima y su paisaje.

Talquián (07)

Caminamos desde el final de la carretera hacia arriba, por un camino empedrado, hasta llegar al camino de terracería por el cual se llega a “La línea” que es una de las rutas que se toma para llegar a la cima del volcán. Al ver el letrero que marca la zona como reserva del Tacaná, empezamos a percibir cómo empezaba a caer la niebla y cómo cubría en su totalidad las zonas aledañas; la vegetación permanecía escondida en medio de una nube blanca fría y los zopilotes dejaban el vuelo para postrarse en las ramas y vigilar el panorama en busca de alguna presa qué cazar.

Talquián (08)

Talquián (10)

Cuando decidimos dejar de avanzar y regresar por el mismo camino, la neblina había cubierto casi por completo lo que hasta hace unos minutos estaba despejado, y se hacía más notorio el movimiento de “las nubes” por nuestro camino, ya que pasaban a la altura de nuestros cuerpos y nos brindaban de una espesura fría de ensueño; de repente toda la vista al frente estaba de color blanco, el manto fresco envolvió el camino y mientras regresábamos a casa, disfrutábamos del clima, la vista, y el aroma de los pinos mezclado con la humedad, el pasto, la tierra y el humo de los fogones de las casa que estaban de paso…

Talquián (13)

Con gusto, te comparto la galería:

domingo, septiembre 01, 2013

:: En las Ruinas de Izapa ::

Ruinas de Izapa (01)
 
27 de julio. Corría el año 1150 (más o menos, que no me consta) cuando los Mayas migraron del norte de México, volviendo a sus tierras antiguas del altiplano de Guatemala. Izapa era uno de sus centros ancestrales. Cuando vieron la gran montaña Tacnahuhú (Tacaná) sabían que habían llegado. Las crónicas que se compilaron durante el periodo colonial hablan de su viaje, de sus nuevas colonias y de sus tradiciones antiguas, basándose en los “viejos registros” que ya no se encuentran. Izapa ha seguido revelando los secretos de tales registros de los orígenes de los Mayas por medio de esculturas en piedra.

Ruinas de Izapa (02)
 
Ruinas de Izapa (04)

El yacimiento arqueológico de Izapa se encuentra en Tuxtla Chico, a diez kilómetros de la ciudad de Tapachula, ciudad en la frontera de México y Guatemala. El amplio conjunto de monumentos arqueológicos de la ciudad abarca entre 80 y 130 montículos organizados en ocho grupos (A, B, C, D, E, F, G y H). Del total de monumentos arquitectónicos, sólo alrededor de la mitad han sido restaurados. 

Ruinas de Izapa (05)
 
Ruinas de Izapa (06)

Pero volvamos atrás un poco, cerca del 1500 A.C., cuando colonizadores primitivos de la Costa Pacífica del sur de Mesoamérica se acercaron a las dos montañas más altas de la zona: Tacaná y Tajumulco (cuyos parecidos entre sí, a cierta distancia y a cierto ángulo de visión, es asombroso). Los ríos, las montañas y la astronomía los guiaron hasta allí. El primer edificio de Izapa fue una pequeña plataforma ceremonial orientada hacia los picos de aquellas dos montañas. Desde ahí los colonos podían observar el solsticio de verano y al planeta Venus cuando ascendía sobre el Tajumulco. Durante su ciclo norteño, Venus parece ascender dramáticamente desde la caldera del Volcán, representando así la creación. Encontraron pues, el lugar idóneo para florecer junto con la naturaleza.

Ruinas de Izapa (08) 

Ruinas de Izapa (07) 

Izapa está ubicado en la ribera del Río Suchiate a una latitud de 14.8° Norte. Los primeros observadores del cielo escogieron este lugar y latitud para medir su calendario sagrado de 260 días, el que comenzaba con el pasar del Sol en su zenit el 13 de agosto, progresando hasta el solsticio de invierno, el 21 de diciembre, y de regreso para el 30 de abril. Aquí el calendario Maya empezó al fijar la creación mítica del mundo en el 13 de agosto de 311 A.C. Cerca de 400 A.C. llegaron los colonos a Izapa, trayendo consigo una influencia nueva y dinámica. Construyeron un complejo religioso masivo de templos que comprendía un kilómetro cuadrado e incluía 10 plazas y más de 140 esculturas de piedra. Esculpidos en un estilo narrativo único, los monumentos (estelas) representan el origen de los ancestros y el viaje universal de la vida humana desde los cielos hasta la tierra y de vuelta.
 
Ruinas de Izapa (10)

Ruinas de Izapa (11)

Ruinas de Izapa (12)

Izapa, habitada inicialmente por gente de filiación mixe-zoque, inició su desarrollo alrededor del 600 a.C. y alcanzó su hegemonía como centro regional hacia el periodo Preclásico superior, debido, en gran medida, a las características climáticas en que se asentó, sobresaliendo el suelo fértil y la humedad alta, lo que permitía crear sistema de agricultura intensiva y la concentración de excedentes. Los planos para el templo empleaban la geometría, una medida fija, y también consideraban la astronomía y la topografía en su diseño. En el centro de todo se edificó una pirámide masiva orientada hacia el amanecer del día del zenit. El complejo entero funciona como un “templo al Sol”, aunque llega a ser mucho más que eso.

Ruinas de Izapa (13)

Ruinas de Izapa (14) 

El apogeo de Izapa se declinó hacia 100 D.C. (quizás después de los 1000 años en que los Olmecas le ocuparon, pues éstos fueron absorbidos y dejaron vagos rastros que se pueden observar en algunas antiguas creencias Olmecas y también en monumentos y esculturas) cuando el enfoque religioso pasó a un templo más pequeño del Grupo F en el norte del complejo, pero el antiguo templo sobrevivió como el centro de su patrimonio. Durante 1,500 años el centro de la alta civilización y peregrinaje de Izapa influyó en grupos de gente a través de todo Mesoamérica y aun más allá…

Ruinas de Izapa (15)

Ruinas de Izapa (17)

Hoy, de los 8 grupos existentes (A-H), los abiertos al público son principalmente los grupos A, B (estos dos con la mayoría de las estelas son accesibles por terracería en una entrada desde la carretera antes de llegar al grupo F) y el grupo F (al norte de la carretera a Talismán), el área más restaurada, que agrupa a la mayoría de las estelas y esculturas pétreas. Estos tres grupos, apenas representan el 1.5% de la antigua ciudad Prehispánica. Todas las fotografías de este post son del grupo F.

Ruinas de Izapa (18)

Ruinas de Izapa (19)

















 
Pero entonces ¿Qué habrá en los 5 grupos restantes? Por ejemplo, Izapa tuvo más de 160 edificios entre pirámides y plataformas de hasta 22 metros de altura. Hasta ahora, la pirámide más grande es el montículo 60 que mide aproximadamente 105 metros cuadrados, con una altura de unos 22 metros y que se encuentra en el grupo H del sitio. Sin embargo, hablando del grupo H, hay muchos que aún no tenemos el privilegio de conocerle…

Ruinas de Izapa (20)

Con gusto, les comparto la galería:
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