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sábado, septiembre 21, 2013

:: En Talquián (Unión Juárez, Chiapas) ::

Talquián (01)

27 de julio. Izapa nos brindó harto sol y también sombra, incluso nos permitió (a manos de una travesura que privó de un par de sus frutos al árbol de rambután) degustar el alimento dulce e hidratante que nos colocó una sonrisa en la boca por tan exquisito sabor (sepa Dios si acaso sabe mejor una fruta cuando ésta, sin autorización,  ha sido quitada de su indefensa rama). En defensa nuestra -si acaso sirviese- miembros del jurado, puedo decir que sólo fueron dos, que se veían hermosos y se nos antojaron; que no hallábamos cerca a alguien a quien pedirle y que pendíamos del tendedero de la asoleada mortal a la orden del día. Era pues, una cuestión de vida o muerte.

Talquián (03)

Talquián (12)

Habíamos visto desde la cima de una de las estructuras de Izapa la marcada alineación con el Tacaná; así que ya teníamos noción de cuál sería el siguiente punto de llegada: El volcán. O bueno, lo más que se pudiera avanzar siendo que no íbamos preparados, ni espiritualmente ni en cuestiones de equipamiento, para conquistar la cima así de una sola vez. El plan consistió ni más ni menos en llegar al punto más lejano al cual el transporte público puede entrar, este punto, de este lado de la carretera, es Talquián.

Talquián (04)

Para llegar retomamos el colectivo y fuimos a Cacahoatán, llegando nos bajamos y en la terminal de enfrente ya nos aguardaban los voceros de las rutas hacia la parte más fresca de estos rumbos:

— ¿A dónde va, jefe?
— Hasta donde llegue la combi, más allá de Unión Juárez.
— Ahhh pos ésta, ‘ire, hasta arriba allá a Talquián los lleva.
— Ah bueno, entonces hasta allá que nos deje.
— Súbanle, ya ahorita sale... ¡Santo Domingo, Unión Juárez, Unión Juárez!

Talquián (06)

No habían pasado ni diez minutos cuando notamos que la temperatura se volvía evidentemente más fresca en el camino; ni había pasado siquiera una hora cuando ya habíamos llegado y podíamos sentir la diferencia entre las temperaturas de Izapa, el camino carretero de Cacahoatán a Unión Juárez, y el mismo Talquián. Sabíamos que eran las 2:30 p.m. pero en ciertos momentos Talquián parecía tan atemporal que nos despistó por completo, o a lo mejor nos perdimos en el disfrute de su clima y su paisaje.

Talquián (07)

Caminamos desde el final de la carretera hacia arriba, por un camino empedrado, hasta llegar al camino de terracería por el cual se llega a “La línea” que es una de las rutas que se toma para llegar a la cima del volcán. Al ver el letrero que marca la zona como reserva del Tacaná, empezamos a percibir cómo empezaba a caer la niebla y cómo cubría en su totalidad las zonas aledañas; la vegetación permanecía escondida en medio de una nube blanca fría y los zopilotes dejaban el vuelo para postrarse en las ramas y vigilar el panorama en busca de alguna presa qué cazar.

Talquián (08)

Talquián (10)

Cuando decidimos dejar de avanzar y regresar por el mismo camino, la neblina había cubierto casi por completo lo que hasta hace unos minutos estaba despejado, y se hacía más notorio el movimiento de “las nubes” por nuestro camino, ya que pasaban a la altura de nuestros cuerpos y nos brindaban de una espesura fría de ensueño; de repente toda la vista al frente estaba de color blanco, el manto fresco envolvió el camino y mientras regresábamos a casa, disfrutábamos del clima, la vista, y el aroma de los pinos mezclado con la humedad, el pasto, la tierra y el humo de los fogones de las casa que estaban de paso…

Talquián (13)

Con gusto, te comparto la galería:

domingo, septiembre 01, 2013

:: En las Ruinas de Izapa ::

Ruinas de Izapa (01)
 
27 de julio. Corría el año 1150 (más o menos, que no me consta) cuando los Mayas migraron del norte de México, volviendo a sus tierras antiguas del altiplano de Guatemala. Izapa era uno de sus centros ancestrales. Cuando vieron la gran montaña Tacnahuhú (Tacaná) sabían que habían llegado. Las crónicas que se compilaron durante el periodo colonial hablan de su viaje, de sus nuevas colonias y de sus tradiciones antiguas, basándose en los “viejos registros” que ya no se encuentran. Izapa ha seguido revelando los secretos de tales registros de los orígenes de los Mayas por medio de esculturas en piedra.

Ruinas de Izapa (02)
 
Ruinas de Izapa (04)

El yacimiento arqueológico de Izapa se encuentra en Tuxtla Chico, a diez kilómetros de la ciudad de Tapachula, ciudad en la frontera de México y Guatemala. El amplio conjunto de monumentos arqueológicos de la ciudad abarca entre 80 y 130 montículos organizados en ocho grupos (A, B, C, D, E, F, G y H). Del total de monumentos arquitectónicos, sólo alrededor de la mitad han sido restaurados. 

Ruinas de Izapa (05)
 
Ruinas de Izapa (06)

Pero volvamos atrás un poco, cerca del 1500 A.C., cuando colonizadores primitivos de la Costa Pacífica del sur de Mesoamérica se acercaron a las dos montañas más altas de la zona: Tacaná y Tajumulco (cuyos parecidos entre sí, a cierta distancia y a cierto ángulo de visión, es asombroso). Los ríos, las montañas y la astronomía los guiaron hasta allí. El primer edificio de Izapa fue una pequeña plataforma ceremonial orientada hacia los picos de aquellas dos montañas. Desde ahí los colonos podían observar el solsticio de verano y al planeta Venus cuando ascendía sobre el Tajumulco. Durante su ciclo norteño, Venus parece ascender dramáticamente desde la caldera del Volcán, representando así la creación. Encontraron pues, el lugar idóneo para florecer junto con la naturaleza.

Ruinas de Izapa (08) 

Ruinas de Izapa (07) 

Izapa está ubicado en la ribera del Río Suchiate a una latitud de 14.8° Norte. Los primeros observadores del cielo escogieron este lugar y latitud para medir su calendario sagrado de 260 días, el que comenzaba con el pasar del Sol en su zenit el 13 de agosto, progresando hasta el solsticio de invierno, el 21 de diciembre, y de regreso para el 30 de abril. Aquí el calendario Maya empezó al fijar la creación mítica del mundo en el 13 de agosto de 311 A.C. Cerca de 400 A.C. llegaron los colonos a Izapa, trayendo consigo una influencia nueva y dinámica. Construyeron un complejo religioso masivo de templos que comprendía un kilómetro cuadrado e incluía 10 plazas y más de 140 esculturas de piedra. Esculpidos en un estilo narrativo único, los monumentos (estelas) representan el origen de los ancestros y el viaje universal de la vida humana desde los cielos hasta la tierra y de vuelta.
 
Ruinas de Izapa (10)

Ruinas de Izapa (11)

Ruinas de Izapa (12)

Izapa, habitada inicialmente por gente de filiación mixe-zoque, inició su desarrollo alrededor del 600 a.C. y alcanzó su hegemonía como centro regional hacia el periodo Preclásico superior, debido, en gran medida, a las características climáticas en que se asentó, sobresaliendo el suelo fértil y la humedad alta, lo que permitía crear sistema de agricultura intensiva y la concentración de excedentes. Los planos para el templo empleaban la geometría, una medida fija, y también consideraban la astronomía y la topografía en su diseño. En el centro de todo se edificó una pirámide masiva orientada hacia el amanecer del día del zenit. El complejo entero funciona como un “templo al Sol”, aunque llega a ser mucho más que eso.

Ruinas de Izapa (13)

Ruinas de Izapa (14) 

El apogeo de Izapa se declinó hacia 100 D.C. (quizás después de los 1000 años en que los Olmecas le ocuparon, pues éstos fueron absorbidos y dejaron vagos rastros que se pueden observar en algunas antiguas creencias Olmecas y también en monumentos y esculturas) cuando el enfoque religioso pasó a un templo más pequeño del Grupo F en el norte del complejo, pero el antiguo templo sobrevivió como el centro de su patrimonio. Durante 1,500 años el centro de la alta civilización y peregrinaje de Izapa influyó en grupos de gente a través de todo Mesoamérica y aun más allá…

Ruinas de Izapa (15)

Ruinas de Izapa (17)

Hoy, de los 8 grupos existentes (A-H), los abiertos al público son principalmente los grupos A, B (estos dos con la mayoría de las estelas son accesibles por terracería en una entrada desde la carretera antes de llegar al grupo F) y el grupo F (al norte de la carretera a Talismán), el área más restaurada, que agrupa a la mayoría de las estelas y esculturas pétreas. Estos tres grupos, apenas representan el 1.5% de la antigua ciudad Prehispánica. Todas las fotografías de este post son del grupo F.

Ruinas de Izapa (18)

Ruinas de Izapa (19)

















 
Pero entonces ¿Qué habrá en los 5 grupos restantes? Por ejemplo, Izapa tuvo más de 160 edificios entre pirámides y plataformas de hasta 22 metros de altura. Hasta ahora, la pirámide más grande es el montículo 60 que mide aproximadamente 105 metros cuadrados, con una altura de unos 22 metros y que se encuentra en el grupo H del sitio. Sin embargo, hablando del grupo H, hay muchos que aún no tenemos el privilegio de conocerle…

Ruinas de Izapa (20)

Con gusto, les comparto la galería:
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