Lunes, 30 de Diciembre del 2013… Mis
brazos frotaban un poco mi cuerpo, el viento susurraba con decibeles medio
curiosos a medida que la noche se hacía más evidente… Y no pasaba ningún
autobús aún para regresar a casa. De repente, los encargados del Paleoparque
aparecieron en un vehículo dirigiéndose a Zapotitlán y me comentaron que
acababan de cerrar y ya se iban a descansar. Amablemente me invitaron a subir y
una vez dentro y con menos frío, entre la plática que describía el porqué de mi
presencia por estos rumbos, les comenté sobre mi curiosidad por conocer la
Iglesia del Calvario de Zapotitlán y se ofrecieron a llevarme hasta allá. Era
ya algo tarde como para especular que estuviera abierta, aún así no era
demasiado tarde como para intentarlo. Acepté con mucho gusto el aventón.
La particularidad de esta iglesia
recae en que yendo por carretera, se ve que está encima de un pequeño cerro, lo
cual le hace ver solitaria y luciente entre todo el paisaje de relieves de
cactáceas; de noche no se aprecia tanto ya, pero no fue motivo de zozobra y con
la mejor cortesía que pudiera merecer me dejaron prácticamente en la entrada del
atrio de la iglesia. Me despidieron amablemente, y caminé entre apenas
alumbrado por la luz de un poste y el último rastro del Sol.
En efecto, cuando por fin me acerqué
lo suficiente, vi que salía el encargado de la iglesia y al divisarme me indicó que ya
era hora de cerrar, pero que si yo lo deseaba me podría permitir entrar a
visitarla. No quise importunarlo mucho y preferí estar afuera, observándola,
mientras un poco de silencio abrigaba la escena.
Desconozco mucho sobre esta iglesia,
apenas si la pude ver claramente estando por primera vez cerca de ella, pero me
causó gusto por lo menos lograr eso; sé que volveré y podré conocer todo ese
esplendor que por ahora no fue posible por lo apretado el itinerario emergente
que en la marcha fue surgiendo. Di la vuelta y me alejé de la iglesia hasta
llegar a la carretera federal, esperé el autobús con rumbo a Huajuapan y lo
tomé para llegar a casa y finalizar este día lleno de increíbles sorpresas.
El
día siguiente sería el último del año, un día muy difícil para viajar siendo dependiente
del transporte público, por lo que estaría en casa finalizando el 2013 con un
buen sabor de boca.