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martes, enero 31, 2012

:: La oruga misteriosa ::

Oruga misteriosa (4)

Llegó corriendo esa tarde mi hermana con esa actitud poco confiable de alguien quien dice haber visto algo sorprendente pero que goza una fama de ser bastante bromista y mentirosa. Así que la duda, porque sólo dijo que quería mostrarme “algo”, me hizo mover y tomar la cámara e ir al punto de la casa en donde vive ella, y ahí estaba ese algo…

Oruga misteriosa (3)

Parecía un excremento de ave, pero ya de cerca se veía con algo de trabajo que era un gusano (como oruga la catalogué, para no hacerla menos) sobre una de las ramas del arbusto de limón. No había visto uno así, con esa apariencia media macabra y con esa lengua en forma de horqueta color naranja. Sin duda una especie curiosa y bastante grotesca, de la cual no tengo más conocimiento que lo que pude observar ese día en que la ví…

Oruga misteriosa (1)

¿Tú la has visto antes ya?

Oruga misteriosa (5)

viernes, enero 27, 2012

:: Cocopaches ::

Cocopache (03)

Regresábamos del río con la Yelota (mi prima) cuando en eso vimos un insecto sobre un arbusto de mezquite. Después de fotografiarlo lo pasamos a una varita y lo llevamos a casa y mi mamá Petra dijo que era ni más ni menos que un Cocopache (yo ya había escuchado el término, y entendía que se comían, pero nunca había visto uno). Éste era uno adulto y macho, lo que significaba que por su “edad” ya no era apto para el consumo pues su sabor habría cambiado ya a un amargo apestoso -o algo así-.

Cocopache (04)

Pese a que me dijeron que eran raros de verse, yo vi muchos luego de andar espiando la privacidad de las ramas de los mezquites que están cerca de la casa; generalmente los veía en parejas (vaya usted a saber si eran cónyuges o no) a una distancia aproximada de metro y medio en cada árbol, como que guardando cierto respeto por los demás para hacer sus cuestiones.

Cocopache (02)

Y, aunque puedo afirmar que me parecieron muchos los que vi, sobre todo porque me encontraba en el mes de julio por allá, me dijeron: —“No, ahora ya no hay tantos como antes, apenas si pueden verse con mucha suerte…”. ¿Pues de qué cantidades exorbitantes de cocopaches colgando de ramas de mezquites estamos hablando? Y todavía, sin exagerar, teniendo presente el hecho de que eran elegidos cuidadosamente sólo los especimenes más jóvenes para darle sabor a la comida ¿Cuántos podrían haber sido en total?... Cosa rara, pero fascinante...


Continuará...

jueves, enero 26, 2012

:: La libélula verde ::

Libélula verde (05)

Antier había visto con curiosidad una libélula verde sobre la carretera metros y segundos después de bajarme del colectivo. Me llamó la forma en que se mantenía entera todavía mientras su muerte era festín para decenas de hormigas rojas diminutas, a lo que pensé: “¡Mierda! No traje la cámara…”

Libélula verde (06)

Esta frase filosófica trajo consigo un par de minutos de observación y artística reprimida ante dicha escena, que concluí como irrepetible y rascándome la cabeza formulé la conclusión de que pasaría un buen de tiempo antes de poder ver otra libélula igual, ya sea viva o muerta. La primera vez que vi una de esta especie fue el año pasado por ahí de Noviembre, la perseguí tanto que nunca hice una toma decente y lo más que logré fue fotografiarla 3 metros de distancia en lo que descansaba (la libélula) en medio de muchas hojas secas.

Libélula verde (01)

Esta era la segunda vez que veía una así, aunque muerta, pero completa si me apresurara a quitar cuanta hormiga hubiera. Me fui a trabajar pensando en ello… y ya.

Ayer tomé la cámara y fui nuevamente al trabajo. Como esperando encontrar algo similar apenas bajé caminé despacito despacito… Y ¡Sobres! Que encuentro una libélula entre viva y muerta en la carretera, apenas dirigiendo movimientos burdos y sin hormigas alrededor. ¿Pues qué estará pasando que van dos parecidas que han caído en este mismo campo de batalla? ¿Viento? ¿Virus? ¿Ciclo natural? No entendía mucho, pero la tomé y la llevé hacia un lugar más apropiado para poder fotografiarla.

Libélula verde (02)

Por fin pude admirar a detalle su peculiar tono verde, poco común, "asegún" me comentó Hugo -el conserje-; Y entre aleteos sin sincronización y lucha interna física pude captar algunas imágenes, pues de sorpresa cayeron unos altos mandos a verificar datos de la escuela. Y no pude seguir más con lo que adoro sólo por el trabajo ¿Acaso también aún en una sesión fúnebre debemos lidiar con la interrupción de las personas? Tal parece que sí, pero mira "chunco", que por fin he conseguido hacer las tomas diseñadas con algunos meses de anticipación…

Libélula verde (03)

Y cuando hube terminado, supe que le perdí el rastro...

Libélula verde (04)

miércoles, enero 25, 2012

:: Estrenando cinta ::

A máquina (02)

Hoy cambié la cinta de la máquina de escribir, y vagaba entre líneas de otro tiempo imaginando la usanza de este aparato en aquellos días cuando era tan común hacerlo. ¿Hoy aún lo es? Quién sabe; pero no es lo mismo el tomar una de éstas y comenzar a escribir esperando no cometer un error ó corregirlo sin sospecha, o dándole importancia de vida o muerte a los márgenes, esos que en computadora al cabo se consiguen rápidamente.

No, aquí sí hay que partírsela un rato, cuidar cada letra y cada espacio, que todo el conjunto textual será tan fuerte como la letra más débilmente sellada… Pero también es cierto que la sensación es una bestia que inicia con el cosquilleo de tus temblorosos dedos (ante esas teclas que irán a terminar en el estampado de un tipo metálico) y termina en tus hombros, como si cargaras la responsabilidad absoluta de la perfección… ¿Pero qué digo? Sí es así como ocurre muchas veces...

A máquina (01)

Es un mundo literario alterno, uno en el que puedes sentir, sí, lo juro; sentir, cómo cada letra se queda ahí para no salirse jamás, y se queda por cada golpe de tus dedos; a menos claro, que la asesines junto a las demás con la hoja que las alberga… Pero entonces es cuando te detienes un poco antes a pensar en cada movimiento, ya que cada letra es un error en potencia… y una hoja caída en el olvido.

lunes, enero 23, 2012

:: Año nuevo Chino: Del Dragón ::

Año nuevo Chino (04)

A las 12:00 de la madrugada de hoy se dio fin al Año del Conejo para pasar a la del Dragón. En China, así como en varias partes del mundo donde se alojan colonias de ese país, realizaron los rituales tradicionales como el baile del dragón. Según la tradición china, el Dragón simboliza la llegada de un año de tranquilidad y cambios positivos, además de ser el responsable del cambio de animales del calendario. Fuente: Aquí.

Año nuevo Chino (01)

Originalmente, la danza del dragón, surgida durante la dinastía Han (206AC – 220DC), era una ceremonia de respeto a los antepasados y de petición de lluvia al cielo, la cual devino luego en una recreación. Más tarde, durante las dinastías Tang (618-907) y Song (960-1279), la danza del dragón era ya muy común en las festividades del Año Nuevo y otros eventos festivos. Fuente: Aquí.

Año nuevo Chino (02)

Comienza el año del Dragón (del 23 de Enero de 2012 al 9 de Febrero de 2013) según el Calendario Chino. El año nuevo chino, conocido también como Festival de Primavera, está lleno de celebraciones, visitas familiares, alimentos especiales y fuegos artificiales. Es uno de los festivales más importantes de China y todo el mundo lo celebra, sobre todo durante los tres primeros días del festival.

Año nuevo Chino (03)

El signo del Dragón parte de la astrología china y en las culturas milenarias orientales, es considerado al igual que la serpiente un animal de buena suerte. Según en la antigua China es considerado como el guardián de los tesoros, así también de la sabiduría. También es representado parte como un símbolo de las artes marciales, actualmente muy conocido y difundido por casi todo el mundo con lo que respecta la defensa personal. Muchos maestros o senseis o artistas marciales se han inspirado en adoptar su simbología principalmente en el mundo occidental. Las personas nacidas bajo este signo son considerados como nobles, sabías y creativas, incluso muy sociables con todos y tolerantes, son comprensivos a los sentimientos con los demás. Fuente: Aquí.

Año nuevo Chino (06)

El Zodiaco Chino tiene miles de años de antigüedad y es mucho más antiguo que su contraparte occidental. Aún hoy, millones de creyentes en todo el mundo consultan regularmente el Zodiaco Chino. Mientras que la Astrología occidental está basada en los meses del año, la Astrología china se basa en un ciclo lunar de doce años. Tu signo está determinado por el año en que naciste (para ser exacto debes usar un calendario chino). Cada signo y quienes nacen bajo él, están representados por uno de doce animales, y se le asignan una serie de cualidades que los chinos creen que representan la naturaleza de cada animal.

Año nuevo Chino (09)

Según la leyenda, los doce animales del Zodiaco Chino fueron elegidos por Buda. Cuando Buda estaba cercano a la muerte invitó a todos los animales a visitarlo. Sólo llegaron doce: la rata, el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. Como muestra de agradecimiento por haberlo visitado, Buda los honró usándolos para representar las doce fases del Zodiaco. Fuente, evaluación de compatibilidad, búsqueda de signo e información sobre cada uno de ellos: Aquí.

El festejo abarcó los rincones más selectos del sureste del país; aquí, las comunidades chinas de Mazatán, Escuintla, Huixtla y Tapachula dieron forma a la celebración tan esperada. Dragones danzantes salieron del Parque Bicentenario y recorrieron por diferentes avenidas hasta encontrarse en el Parque Central Miguel Hidalgo para culminar con coreografías aceleradas en sincronía que daban espíritu y vida a esos seres tan magníficos y mitológicos: Los Dragones.

Año nuevo Chino (11)

Eran 4, de tamaños diversos y en representación de cada comunidad reunida. Con colorido ágil y detalles propios para un espectáculo nocturno, esto aunado con los sonidos de los címbalos y tambores en ritmos esotéricos, los dragones marionetas se movían siguiendo la voluntad de la esfera guía que marcaba la ruta de la iluminación.

Año nuevo Chino (08)

Desde las 6:00 de la tarde hasta poco más de las 09:00 de la noche el festejo se llevó a cabo (primero las danzas de los dragones y luego una muestra de danza china); a cada momento se escuchaban los truenos de cohetes y en la noche, en medio de las danzas, se veían luminiscencias de juego pirotécnicos descendiendo de la oscuridad del cielo. Centenares de personas asistimos, y era realmente difícil para mí conseguir tomas limpias en medio de la excitación de la concurrencia, algunos colegas con más atrevimiento aprovecharon y se adentraron al ojo del huracán festivo; yo, desde una distancia algo prudente (y en pocas ocasiones desde el núcleo) observaba la festividad y capturaba algunas escenas.

Año nuevo Chino (12)

Era cuestión de agilidad, de prever un movimiento y anticipar el disparo y conseguirlo inmortalizar. Todo estaba concluido como movimiento aleatorio, desde los espectadores hasta los protagonistas; y los golpes y necedades tampoco faltaron: Pero ¡Qué va de importante, sí así es cuando la emoción embarga a las masas! El detalle era simplemente dejarse llevar y disfrutar de la ocasión; y lo disfruté, pese a que apenas pude hacer unas tomas que narren esta experiencia de forma elocuente...

Año nuevo Chino (13)

Si gustas ver más fotografías de este festejo, te comparto los enlaces:


- "Año nuevo Chino en Tapachula". Álbum de Diseño Libre.


sábado, enero 21, 2012

:: En el río de Chazumba ::

Río de Chazumba (02)

Ha cambiado desde aquello que recuerdo que veía de niño, en aquella época en que quemar cohetes lo era todo para mí y mis primos si de diversión se trataba. Claro que nunca faltaba la imprudencia infantil, como aquella vez en que incendié como 4 metros cuadrados de zacate por haber aventado mal un cohetito; pero no abordemos tanto esos recuerdos y mejor permítanme proseguir con este viaje que bien atrasadito vengo teniendo en contarles, pues ya han pasado seis meses desde que inició…

Río de Chazumba (03)

Río de Chazumba (06)

No recuerdo en realidad cómo se llama, pero era obligado pasar por aquel entonces pequeño río con apenas escasos centímetros de agua de profundidad. Supongo que tenía que ver el mes, ya que el recuerdo de “pequeño río” se ha dado por mis anécdotas de diciembre, caso contrario a las veces que he ido a mitad del año, como ahora. Acabé de desayunar, mantuve presencia en casa y salí entonces a visitar ese río con mi prima Yelo…

Río de Chazumba (07)

Río de Chazumba (09)

Río de Chazumba (16)

Cuando lo volví a ver hace unos meses, ya no era más ese río en medio de un paisaje con un cerro al fondo y arena con pocos árboles de pirul a la orilla, es más, ni siquiera era el punto de paso hacia los terrenos y ranchos de la población; estaba ya cercado, limitado por bardas y vegetación, tanto que parecía ser otro. Si acaso aquel puente mantendrá algo de lo que recuerdo, tan así como algunos rastros viejísimos de trazos con carbón en donde figuraba con mi letra infantil algún indicio de mi nombre. Pero en general ha cambiado, y más la diferencia se nota en este mes, en que presumiblemente se encuentran cascadas adornantes a su paso.

Río de Chazumba (15)

Río de Chazumba (11)

Río de Chazumba (13)

Aún, y esto es más lógico, las piedras con aspecto semi metálico se conservan tal como las recuerdo. Figuras extrañas en medio de sus grutas aún permanecen así; y las betas blanquizcas siguen viviendo en medio de ellas también. El cambio se dio, y con ello algo de limitación y de complejidad para poder pasar por ahí y encontrarse con lo que alguna vez fue un espacio abierto en el cual se jugaba a ser titanes surgentes de océanos de aguas transparentes de arcilla; pero aún queda algo, aún queda un poco de ese paisaje que logré caminar hace como veinte años y del que puedo presumir haber recorrido sus entrañas hasta llegar a donde las paredes de tierra blanca y cuarzos frágiles semi descubiertos tapaban nuestro camino, obligándonos a regresar con la expectativa de encontrar la siguiente vez, una solución.

Río de Chazumba (17)

Río de Chazumba (17)

Río de Chazumba (18)

Las piedras siguen teniendo la misma voz de antes, y el agua, pese a ser diferente, sigue siendo la misma, fresca, con un toque salado en su sabor; y las grutas, eternamente introvertidas, siguen siendo habitadas por seres que van desde lo inimaginable hasta sus cosechas diarias de piedrecillas de los alrededores…

Río de Chazumba (01)

Y dentro de veinte años, me preguntaba, qué cambios podría llegar a observar… Mientras tanto, el río sigue su curso…

Continuará...

Con gusto, te comparto la galería:

lunes, enero 16, 2012

:: En la cascada "Arcoíris" ::

Cascada Arcoiris (36)

Viernes 13 de Enero. Sai Kun había llegado a la casa la noche anterior y me había comentado sobre una salida express que se le ocurrió a Yami rumbo a un ejido llamado Unión Roja, para buscar una cascada de cierto atractivo especial. Divagué un rato, hasta que cedí a ir pese a ser un día laboral (¡Shhh que es secreto! :P). Sí, el viaje representaba cierta prisa y espontaneidad con un toque presuntuoso, y es que una vez que caímos en cuenta de ser al final cuatro personas pudimos percibir que, en efecto, no era algo fácil programar un mochiviaje entre semana; pero las cosas se dieron, no es como que no fuéramos a ir nuevamente con los demás que han venido conformando nuestra flota o con quien guste unírsenos a estas maravillosas aventuras (¡ojalá pudieras unirte hombre! Que se disfruta de lo lindo).

Cascada Arcoiris (01)

Ya estaba decidido, y las experiencias nos habían dado ya un colmillo para prevenir ciertas condiciones, por lo que después de vernos en el punto de reunión oficial (sí que ha sido una gran referencia accesible para todos nosotros la fuente del parque central) fuimos a proveernos de víveres Yami, Sai Kun, rashteco y yo. Cada vez se va puliendo la estrategia de viaje, hasta el grado en que he pensado en armar un kit de mochiviajes con todo aquello que hemos visto que llega a ser necesitado; supongo entonces que será una gran contribución para el futuro.

Cascada Arcoiris (02)

Cascada Arcoiris (03)

Después de aproximadamente 40 minutos de camino vía vagoneta pública hacia el norte de la ciudad, saliendo por esa avenida que todos llamamos “La octava” y rumbo hacia “El Edén”, llegamos a Unión Roja. Bajamos en el parque, que básicamente es la base de llegada del transporte, y por referencias del “chalán” -cobrador- pudimos seguir el camino por, precisamente, la carretera en que llegamos; pasando de largo el parque y encontrándonos con el final de esa carretera y su continuación como un camino de tierra blanca y dos surcos planos en medio de tres de grava blanca a lo largo del camino.

Cascada Arcoiris (06)

Tomamos el paso con la premisa de que no sería tanto el tiempo de camino y que la cascada se encontraba a orilla de la carretera, lo que nos pareció un tanto curioso porque es algo un poco abigarrado de imaginar. Lo primero que hallamos a apenas unos doscientos metros de haber iniciado fue una especie de laguna rodeada por pastizales (donde se alimentaban algunos chivos) y cuya actividad acuática era tranquila, su entorno muy verde, aunque no un verde muy saludable; estaba algo descuidado, y se notaba porque daba lugar para algo más bello y de mejor sanidad si tan sólo se le aplicara la debida atención.

Cascada Arcoiris (08)

A medida que seguíamos el camino empezaba a acalorar; en su mayoría de longitud no contaba con grandes árboles que procuraran sombra, lo que representaba espacios quemantes por un sol que atacaba a tales horas de la mañana; no lo teníamos contemplado, pero nos ha servido bastante la lección ya que mantendremos conciencia de cualquier condición de viaje posible.

Cascada Arcoiris (45)

En las partes en donde nos lo hacía de anfitrión la sombra de grandes árboles delgados, el paso era más lento, más observador y optimista; bromas por aquí y por allá contemplando la diversidad de insectos sobre las plantas. Vi dos nuevas especies de mariposas, cuyas alas me dejaron un poco deslumbrado. También las orquídeas (de colores azules y también tonos naranjas) cedían su colorido a nuestro paso, observándonos desde su apartamento allá a la mitad de altura de los grandes troncos que les resguardaban del hombre y su estúpida codicia de llevarse a casa lo que ha florecido en medio de la naturaleza con el mérito de hacerlo por sí mismo.

Cascada Arcoiris (44)

Los árboles de mamey nos mostraban su fertilidad con ramas curveadas por el peso de sus frutos; el aroma agridulce de las mandarinas corría al viento cuando éste soplaba sobre nuestras narices, y en un ápice de gozo descubríamos el origen lejano del aroma, arriba, en la cima de la colina; en donde el cítrico puede a gusto darse el lujo de mezclar tonos verdes y naranjas desde las hojas en las ramas y desde ellas sus frutos. Las paternas pendían en grupos de tres a cuatro por las ramas de sus árboles, augurando un crecimiento idóneo dentro de algún par de meses y pendientes de tener un sabor dulce en aquel algodón que envuelve sus semillas de jade; y cerca del camino, aunque no tan obvias pero sí muy presentes en la orilla (como siendo espectadoras a los viajeros de paso), de estampa discreta y camuflaje perfecto para disimular su gracia y extraordinario encanto, las musáceas aparecían de manera dispersa, sorpresivamente, colgando de cada una sus pencas aún verdes y delgadas, a plena luz del día y esperanzadas en no ser tan acechadas en el futuro por los clarineros que, con su apetito insaciable, apenas permiten que la mayoría de ellas pueda llegar a madurar ese tono amarillo tan vivo y reluciente, ese tono tan propio de la textura fresca y suave de las bananas.

Cascada Arcoiris (09)

Cascada Arcoiris (07)

Poco a poco los valles del volcán se iban viendo según avanzábamos por las curvas del camino, el cielo estaba despejado y el calor era intenso ahora que ya empezábamos a caminar en espacio abierto sobre grava y sin sombra de altos árboles; el viento también aminoró, un poco. Si embargo, ya se vislumbraba a lo lejos, allá por donde pensábamos que era el origen del canto de la urraca, un hilo tenue blanco de agua. Se veía cerca, pero tardamos más de lo estimado (o fue eso o simplemente que caminábamos un poco más lento que al inicio). Cuando pasamos al lado de ese hilo supimos que no era a donde teníamos qué llegar con exactitud, si no más adelante, sólo un poco más: Donde se veía claramente cómo caía el agua sobre un costado de la carretera y emanaba una brisa cristalina opacada sólo por el sonido cercano de su caída. Cuando bajamos la carretera y la tuvimos de frente, sabíamos que habíamos llegado a la cascada “Arcoíris”, y entonces, con algo de timidez, la tenue cascada vista previamente ahora formaba parte del paisaje de fondo, escondiéndose entre ramas y árboles a mitad de la loma que admirábamos sólo cuando veíamos hacia atrás para admitir el camino realizado.

Cascada Arcoiris (10)

Cascada Arcoiris (12)

Cascada Arcoiris (13)

Cascada Arcoiris (22)

Con el aliento cansado, “Ahhhhhhw…” fue la expresión de llegada y descanso. Desempacamos, nos pusimos cómodos y desayunamos con calma pese a que hacía bastante calor; ya después, era hora de probarla en su totalidad, de saber si el agua esta fría, de saber qué tan intenso era el cosquilleo en tu espalda al recibir su caída, de saber qué se siente nuevamente conectarte de manera natural con los elementos que existen en armonía alrededor.

Cascada Arcoiris (14)

Cascada Arcoiris (16)

Cascada Arcoiris (17)

Debo decir que hay dos grandes cosas que me fascinaron: En primera, que no hay una poza como tal bajo la cascada, algo que no había visto. Suele pasar que en la mayoría de ríos que tienen alguna cascada, a sus pies tienen un hundimiento pronunciado en el que se puede nadar a gusto. En la cascada “Arcoíris” no hay tal cosa, al parecer esta cascada fue producto de un evento climatológico reciente (Huracán “Stan”) y su caída no es tan intensa debido a la poca cantidad distribuida de agua que tiene. Esto me gustó porque prácticamente puedes ponerte de pie bajo la cascada, aunque sí debes hacerlo con cuidado por la multitud de pequeñas y puntiagudas piedras que pueden afectar tu paso si es que estas descalzo.

Cascada Arcoiris (19)

Cascada Arcoiris (24)

Cascada Arcoiris (26)

La segunda cosa es pues, que la brisa cristalina de la caída propicia que la luz se descomponga y forme un par de arcoíris al pie de la cascada. Para fotografiar es magnífico, porque la toma la haces desde la altura misma del arcoíris y el que no haya poza te da libertad de movimiento para una libre perspectiva. Esto es maravilloso y voluntariamente hipnótico, te atrapa con tu consentimiento. Mejor nombre no le pudieron encontrar a al cascada.

Cascada Arcoiris (27)

Cascada Arcoiris (31)

Cascada Arcoiris (37)

Luego de estar ahí disfrutando de la ricura del agua, exploramos un poco más hacia delante, unas señoras que iban de paso nos dijeron que por ahí estaba el río grande, adecuado para bañarse en alguna poza o bien en alguna parte del río con profundidad suficiente para relajar el cuerpo. Caminamos un poco más para atravesar hundimientos de arena y piedra, hasta encontrar el río. No es del todo caudaloso pero sí tiene partes accesibles en las cuales se puede uno bañar a gusto. De nueva cuenta invertimos tiempo ahí.

Cascada Arcoiris (38)

Cascada Arcoiris (40)

Cascada Arcoiris (41)

Ya para el regreso, cansados, llegamos al pueblo; buscamos algo de comer y luego haber comido y saciado nuestro apetito estábamos de regreso a la ciudad. Llegamos cerca de las 6:30 de la tarde a Tapachula después de un trayecto apacible y de oscura frescura. Fue una salida express estupenda, y lo curioso es que ya de regreso, en la vagoneta, caímos en la cuenta de que se había tratado ni más ni menos que del primer mochiviaje del año…

(También puedes ver las impresiones de este mochiviaje en palabras de Sai Kun y en palabras de rashteco)


Cascada Arcoiris (43)

Cascada Arcoiris (47)

Tan sólo por el hecho de poder viajar...

Cascada Arcoiris (39)

... Y conectarse con uno mismo...

Cascada Arcoiris (33)


Con gusto, te comparto la galería:

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