Que la gripe me tenía en un estado fatal era innegable; desde hace un par de días se había presentado. No obstante, César me dijo la noche del sábado “No hay pex inge, paso mañana temprano por usted…”
Serían las 8:30 a.m. cuando llegó acompañado de un amigo y subí a su camioneta, nos dirigimos por carretera hacia el norte, rumbo al “Edén”, más allá del puente Malpaso. Después de un trayecto de más o menos media hora; y habiendo pasado ejidos con nombre como “El Horizonte”, “10 de Mayo” y “5 de Mayo” -entre otros- llegamos a un punto de la carretera en donde doblamos hacia la izquierda, en plena terracería; y ahí vamos, en medio de los cafetales que ya sólo mostraban entre sus hojas las ya negras flores que hace poco fueron blancas y que olían a paraíso.
Llegamos a casa de Darinel, amigo que trabaja con César; y estuvimos algunos minutos en su casa; que es propiamente una finca cafetalera rodeada por altas y verdes lomas de donde se arrancan las drupas. En medio de la naturaleza, en un rincón de la casa; estaba un beneficio que funciona a base de Diesel con el cual procesan el café en la época de cosecha.
Luego de tomar un refrigerio (y dos pastillas para la gripe yo) salimos a pie a buscar la aventura. En el trayecto sudé tanto que mi playera se empapó como si hubiera caminado bajo la lluvia; y mis pies se debilitaban con cada paso. No sé si fue por mi salud o efecto de las pastillas, pero fue una de las caminatas más cansadas que he hecho dentro de la vegetación de las veredas.
Nos internamos prácticamente en la selva para poder llegar al río, que era nuestro destino final. En medio de resbalones, algunas caídas y muchos voladeros bastante pronunciados llegamos con la cuenta de que ninguno cargó una botella de agua…
Recorrimos gran parte del río, por dentro, a un lado, sobre las rocas, para llegar mucho minutos después a una poza en donde estuvimos un rato y nos bañamos (sí, yo con gripe y todo, pero no iba a dejar la oportunidad). Después, nuevamente a subir; poco a poco y con el sol sobre nosotros logramos llegar nuevamente a la casa; fatigados, húmedas nuestras ropas, algo sucios nosotros, pero bastante contentos por lograr la travesía. Después de un descanso, regresamos a Tapachula…
Vi muchas maravillas naturales, tanto en flora como en fauna; les comparto y comento algunas fotos:
Una de las tantas mascotas de Darinel
¿Te apetece una piña?
Bellas flores blancas pentagonales
Fruto del "Chalún", pariente de la "Paterna" y el "Caspirol"
Semilla de Hormiguillo, árbol de cuya madera se construye la marimba.
Adivinen a quién me encontré =D!
Y yo me pregunto: ¿Qué fruta será?
¿Alguna vez habías visto insectos dorados?
¿Algo buscaba en la mochila? No lo sé...
El río, nuestro gran protagonista...
Sin embargo, creo que algo que se llevó la tarde fueron sin duda las libélulas:
Por supuesto, tienes la galería completa (panorámicas incluidas):
La gripe empeoró al anochecer, yo me lo busqué, y no me arrepiento jejeje…
Serían las 8:30 a.m. cuando llegó acompañado de un amigo y subí a su camioneta, nos dirigimos por carretera hacia el norte, rumbo al “Edén”, más allá del puente Malpaso. Después de un trayecto de más o menos media hora; y habiendo pasado ejidos con nombre como “El Horizonte”, “10 de Mayo” y “5 de Mayo” -entre otros- llegamos a un punto de la carretera en donde doblamos hacia la izquierda, en plena terracería; y ahí vamos, en medio de los cafetales que ya sólo mostraban entre sus hojas las ya negras flores que hace poco fueron blancas y que olían a paraíso.
Llegamos a casa de Darinel, amigo que trabaja con César; y estuvimos algunos minutos en su casa; que es propiamente una finca cafetalera rodeada por altas y verdes lomas de donde se arrancan las drupas. En medio de la naturaleza, en un rincón de la casa; estaba un beneficio que funciona a base de Diesel con el cual procesan el café en la época de cosecha.
Luego de tomar un refrigerio (y dos pastillas para la gripe yo) salimos a pie a buscar la aventura. En el trayecto sudé tanto que mi playera se empapó como si hubiera caminado bajo la lluvia; y mis pies se debilitaban con cada paso. No sé si fue por mi salud o efecto de las pastillas, pero fue una de las caminatas más cansadas que he hecho dentro de la vegetación de las veredas.
Nos internamos prácticamente en la selva para poder llegar al río, que era nuestro destino final. En medio de resbalones, algunas caídas y muchos voladeros bastante pronunciados llegamos con la cuenta de que ninguno cargó una botella de agua…
Recorrimos gran parte del río, por dentro, a un lado, sobre las rocas, para llegar mucho minutos después a una poza en donde estuvimos un rato y nos bañamos (sí, yo con gripe y todo, pero no iba a dejar la oportunidad). Después, nuevamente a subir; poco a poco y con el sol sobre nosotros logramos llegar nuevamente a la casa; fatigados, húmedas nuestras ropas, algo sucios nosotros, pero bastante contentos por lograr la travesía. Después de un descanso, regresamos a Tapachula…
Vi muchas maravillas naturales, tanto en flora como en fauna; les comparto y comento algunas fotos:
Una de las tantas mascotas de Darinel
¿Te apetece una piña?
Bellas flores blancas pentagonales
Fruto del "Chalún", pariente de la "Paterna" y el "Caspirol"
Semilla de Hormiguillo, árbol de cuya madera se construye la marimba.
Adivinen a quién me encontré =D!
Y yo me pregunto: ¿Qué fruta será?
¿Alguna vez habías visto insectos dorados?
¿Algo buscaba en la mochila? No lo sé...
El río, nuestro gran protagonista...
Sin embargo, creo que algo que se llevó la tarde fueron sin duda las libélulas:
Por supuesto, tienes la galería completa (panorámicas incluidas):
La gripe empeoró al anochecer, yo me lo busqué, y no me arrepiento jejeje…