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domingo, diciembre 11, 2011

:: En Trujapan y Sabino Farol ::

Sabino Farol (05)

El claroscuro del día se venía encima mientras este par de aventureros sostenía la marcha de regreso al pueblo; haber estado en San Pedro Atzumba era haber estado por unos minutos ya en la zona geográfica del estado de Puebla ¿Imaginaba yo tocar suelo poblano en este viaje? Vaya que no, y esas cosas sorpresivas son las que le dan sabor al caldo de la aventura y el viaje…

Trujapan (01)

Ya íbamos de regreso, así que llegamos nuevamente a un punto de la carretera al que pasamos al principio (cuando habíamos iniciado el viaje hacia San Pedro Atzumba) para apreciar la locación y la curiosidad de ahí. Este punto carretero pertenece a la zona geográfica de… ¡Esperen! ¿A qué zona geográfica pertenece?

Trujapan (02)

De un lado de la carretera estas sobre suelo Poblano, y del otro lado estás pisando tierra Oaxaqueña, y camino adentro se encuentra San José Trujapan. Es un pequeño pueblo cubierto por las copas de muchos sabinos que emergen en su zona, es de una magnitud tan estrecha que el número de habitantes no llega ni a los 200.

Trujapan (03)

Pero imagino que esa particularidad que tienen estos pueblos son los que los hace mágicos, como si fueran pequeñas comarcas en los que la vida transcurre tranquila y todo el mundo se conoce.

Sabino Farol (01)

Otro lugar, cercano, pero que sí se encuentra marcadamente en el suelo de Puebla, es la población de Sabino Farol, cuya característica compartida con Trujapan, además de estar a la misma altura, es también no llegar ni a los 200 habitantes (y eso que me he ido un poco alto con la cifra de punto de partida).

Sabino Farol (06)

Sabino Farol no está cobijado de grandes árboles como Trujapan, su entorno es más bien abierto con vista a lo lejos de cerros y montañas y vegetación vertical de cactáceas, puede que no posea un solo sabino, pero es innegable su encanto cuando empieza a anochecer y el matiz luminoso empieza a surcar los montes, esos montes en donde, con algo de suerte, puedes incluso ver el momento en que el “Chupamirto” sale en busca del néctar de algunas flores.

Sabino Farol (11)

Fue aquí, en este bello lugar de Puebla en donde traje a la memoria un recuerdo de hace veinte años: Vi, después de muchísimo tiempo, nuevamente a una planta de “cucharilla”, es todo un sistema de pencas así como las del maguey, unidas en el centro de la planta y dispersas de manera que llegan a parecer un erizo.

Sabino Farol (03)

Cuando mi hermana mayor cumplió sus XV años, mi “Tío Layo” -Tío abuelo materno- fue el padrino de cucharillas, y ese detalle es algo que jamás se ha ido de nuestra memoria, pero si me preguntas a qué viene todo eso, te responderé la curiosidad del asunto… La cucharilla tiene su chiste, ya que cuando tomas la planta y desprendes cada una de sus pencas, obtienes una hoja que prácticamente es una cuchara natural cuyo mango es esa parte verde que puedes ver; y el área hundida, que es lo que está pegado al núcleo de la planta, es la que te sirve como contenedor para los caldos, el mole, o el exquisito pozole. Debo ser sincero, no recuerdo otra ocasión en que haya visto este arraigo cultural, y el ver nuevamente la planta me llenó de agrado. Por cierto, si tienes curiosidad... No, no sabe igual el pozole degustado desde la textura fibrosa de una cucharilla ¡Sabe muchísimo mejor!

Sabino Farol (07)

Y luego de recordar ese hermoso detalle, el ocaso perdió el poco arrebol que el día le dio, y cubrió el ambiente con una manta azul grisácea… Era tiempo de volver, porque el frío también se hacía más intenso (aunque esto nunca ha sido algo desfavorable para mí, que gozo del frío cada que puedo); nos dirigimos a casa, el día de aventuras en motocicleta había llegado a una pequeña pausa… Era hora para llegar a casa, contar la aventura, beber un cafecito, y descansar…

Sabino Farol (04)

Continuará...

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